10 de noviembre de 2025 | Nacionales
“La participación electoral está en baja. En todas las elecciones provinciales que se celebraron este año votó menos gente que en la elección anterior comparable, y la frutilla del postre fue en octubre, cuando se eligieron diputados y senadores nacionales: tuvimos la participación más baja desde el retorno de la democracia”, explicó Pablo Salinas.
El especialista advirtió que este fenómeno no es exclusivo de Argentina: “Es algo que se está viendo en muchos países del mundo. Desde 2021, en nuestro país la caída es muy marcada y se da a un ritmo acelerado. En ese momento creíamos que era producto de la pandemia, pero ya no podemos atribuirlo sólo a eso. La apatía política se consolidó”.
Sobre el impacto del ausentismo, el politólogo fue contundente: “Cuando uno no va a votar, delega en otro esa representación. Las cosas se eligen igual, los cargos se ocupan igual. Si el 30 por ciento no vota, el 70 restante decide por todos. Por eso, no participar también tiene consecuencias políticas concretas”.
En cuanto a las causas del desencanto ciudadano, Salinas señaló: “Pasamos una campaña sin propuestas. Me cuesta recordar alguna promesa concreta de cualquiera de los candidatos. Hace años que las plataformas electorales son meras formalidades y, en los últimos quince o veinte años, ningún gobierno cumplió con lo que prometió. Eso genera desconfianza, cansancio y desinterés”.
Además, advirtió sobre otro fenómeno que agrava el cuadro: “Estamos viendo sociedades empatadas, donde hay dos polos que no se escuchan ni buscan puntos de encuentro. Ese empate permanente es peligroso para la democracia, porque elimina los matices y las opciones intermedias. En las últimas elecciones, las alternativas del centro prácticamente desaparecieron”.
Respecto de la dinámica política actual, el analista explicó: “La irrupción de La Libertad Avanza rompió la polaridad, pero no desde el centro, sino desde uno de los extremos. Terminó absorbiendo buena parte del electorado del Pro. Y eso muestra cómo el espacio público se sigue radicalizando, algo que no es una buena noticia para la democracia”.
Finalmente, Salinas reflexionó sobre el voto volátil y la crisis de representación: “Hoy hay un 20 o 25 por ciento del electorado con núcleo duro libertario, otro tanto peronista, y un 50 por ciento que se mueve según la coyuntura, especialmente por la economía. El problema es que, mientras no haya autocrítica ni propuestas claras, el desencanto se va a profundizar y la abstención puede seguir creciendo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)