12 de noviembre de 2025 | Provincia
“El astillero Río Santiago está totalmente paralizado. La poca producción que hubo en este tiempo fue para obras internas”, comenzó explicando Javier Magnani, quien detalló que “lo que estamos fabricando es un dique de reparaciones para nosotros mismos, sin un contrato ni un cliente de por medio”.
Según precisó, “hay contratos vigentes que están paralizados hace quince años atrás y contratos que quedaron en el tintero y nunca se llevaron a ejecución”, por lo que insistió en que “la fábrica está totalmente paralizada por decisiones políticas”.
El trabajador recordó que “todo empezó cuando se desvió un pago que hizo la empresa PDVSA por la construcción número ochenta del astillero, un buque petrolero”. Aquella operación, explicó, “equivalía a 23 millones de dólares durante el gobierno de Daniel Scioli, y desde ese momento venimos reclamando que se devuelva ese dinero para finalizar las obras y liberar la grada principal de la fábrica”.
Magnani denunció además “una serie de hechos menores, pero no menos importantes: gerentes involucrados en estafas, presidentes paracaidistas que rechazaban trabajos y ahora dirigentes sindicales implicados en actos de corrupción”. En ese marco, advirtió sobre “un proyecto del diputado libertario Guillermo Castelo para privatizar el astillero”, al que calificó como “una amenaza concreta en un contexto de reforma laboral y desmantelamiento del sector”.
Respecto a la reciente asamblea de trabajadores, señaló que “el pedido general es que den un paso al costado los dirigentes implicados”. Sin embargo, lamentó que “tardaron mucho tiempo en dar explicaciones, lo que alimentó la bronca de todos los afiliados”.
Según relató, “la comisión administrativa de la seccional manipuló todas y cada una de las mociones, otorgándose hasta diez categorías entre ellos mismos, mientras la mayoría de la fábrica es pobre”. Por ello, aclaró que “la retención de tareas continúa, con todos los sectores unidos bajo la misma consigna: que se separen a los dirigentes que se enriquecen a costa de los afiliados”.
Magnani, con veinticuatro años de trayectoria, repasó los momentos más difíciles del astillero: “El momento más crítico fue en los años 90, durante el proceso de privatizaciones. El astillero fue la única empresa estatal que resistió”. Gracias a esa lucha, remarcó, “pudimos terminar dos corbetas misilísticas para la Armada Argentina, cinco buques graneleros y los contratos con PDVSA”.
Al ser consultado sobre la responsabilidad política, fue categórico: “El gobierno de Axel Kicillof está cumpliendo un récord, porque ya lleva seis años con la fábrica paralizada”. Y amplió: “Ni los gobiernos progresistas ni los liberales apostaron a la industria naval. Los primeros hacen la plancha y los segundos vienen con la excusa de privatizar”.
Asimismo, consideró que “hay responsabilidades sindicales que no hay que ver solo cuando se adjudican privilegios, porque también se archivaron proyectos de ley que podrían haber reactivado la industria”.
Finalmente, Magnani sostuvo que “hay salida, siempre quiero pensar positivamente”. Entre las posibles vías de reactivación, mencionó que “el astillero tiene un contrato con la Armada Argentina para construir un dique tipo Panamax y proyectos para dos buques cargueros, además del cruce corto por aguas argentinas entre el continente y Tierra del Fuego”.
No obstante, advirtió que “falta decisión política, la principal decisión política que necesitamos es que se activen las obras de los buques para Venezuela, que vienen bloqueadas hace años”. (www.REALPOLITIK.com.ar)