13 de noviembre de 2025 | Nacionales
“Estamos asistiendo a un periodo de expansión por el cual el chicaneo empieza a conquistar espacios discursivos que no corresponden a la chicana”, analizó Martín Kohan, quien advirtió que la agresión verbal “ha ido ganando terreno, no tanto al espacio del diálogo y del acuerdo, sino al espacio de la polémica y la confrontación”.
En este sentido, señaló que la sociedad parece haber perdido el hábito del intercambio racional: “La discusión, la polémica, la confrontación están siendo desplazadas por la agresión del desencajado o por la lógica del chicaneo, donde lo importante no es la verdad sino joder al otro”.
Para el autor, esta degradación del debate no se da de manera aislada, sino que responde a un proceso de transformación cultural más amplio, en el que las redes sociales y la hiperconectividad cumplen un papel central. “Nos hemos ido habituando al agravio y a la violencia verbal. Antes, uno presenciaba una escena de agresión feroz una o dos veces por semana; ahora la vemos varias veces al día, y eso necesariamente lo naturalizamos”, explicó.
Kohan advirtió, además, sobre el riesgo de volverse indiferente ante esa violencia cotidiana: “Hay que predisponerse a no acostumbrarse. En algún momento pensé que, frente al desprecio por quienes tienen ‘piel finita’, tal vez haya que tenerla. No insensibilizarse, no generar una costra frente a la agresión”.
Otro de los puntos que preocupan al escritor es la expansión del aislamiento social bajo la apariencia de modernización. Desde su experiencia como docente, cuestionó la continuidad de la educación y el trabajo virtual: “Encerrar a la gente en su casa para que estudie o trabaje, separados de los demás, debilita enormemente la interacción social y, con ella, la calidad educativa y humana”.
“Le llaman educación virtual, pero en realidad es aislamiento. La enseñanza y el aprendizaje requieren comunidad, interacción, compartir un mismo espacio. Cuando eso se pierde, se empobrece todo el proceso”, señaló, y sostuvo que la solución a los problemas del transporte o de la distancia laboral no debe ser el encierro, sino mejorar las condiciones de movilidad y de vida en comunidad.
En la misma línea, Kohan se refirió al uso de los celulares y la inteligencia artificial en el aula. Con tono crítico, ironizó: “Seguimos llamando teléfono a algo que casi nadie usa como teléfono. Los estudiantes no llevan un teléfono al aula: llevan un televisor. Y nadie aprendería bien mirando televisión mientras un docente explica”.
Respecto al uso de herramientas como ChatGPT, fue categórico: “En literatura, todavía no detecté qué puede aportar más allá de facilitar el hacer trampa. Si los estudiantes presentan textos que no escribieron, estamos perdiendo de vista la adquisición de destrezas de escritura, que es justamente lo que pretendemos enseñar”.
Finalmente, Kohan llamó a resistir la adaptación acrítica a estas nuevas formas de vida y comunicación: “Hay que sostener una actitud de no resignación. No acostumbrarse a la violencia, al encierro, a la soledad. Defender el encuentro, la conversación y la comunidad”. (www.REALPOLITIK.com.ar)