13 de noviembre de 2025 | Nacionales
Tal como lo prometió al encontrarse con un resultado electoral inesperado, el presidente avanzó en su objetivo: “Voy a lograr la armonía interna. Y voy a acelerar de cero a cien”. Así llegaron los cambios en su gabinete, las confirmaciones y los castigos. Tras la escena pública, se articuló una mesa chica operativa, denominada “Mesa Congreso”, integrada por Karina Milei, Manuel Adorni, Diego Santilli, Martín Menem, Santiago Caputo y Patricia Bullrich. Pero la mesa chica real, donde se cuentan los porotos y se toman decisiones, sólo incluye al presidente, a su hermana y a Luis “Toto” Caputo, el nexo con la corporación J.P. Morgan. Hay también otro miembro determinante que no reside en el país, el secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent. Ningún referente importante de la oposición ha salido a criticar la intromisión del gobierno de los EE.UU. en la política interna. Es como el régimen de lluvias: allí está, forma parte de la naturaleza.
Diego Santilli, ya antes de asumir el ministerio del Interior, inició su tarea, recibiendo por separado a los gobernadores de Chubut, Ignacio Torres, y de Catamarca, Raúl Jalil. A lo largo de esta semana las reuniones incluirán a otros 20, excluidos Axel Kicillof y Ricardo Quintela. “Al enemigo ni la palabra”. Santilli ha recibido instrucciones precisas: debe conseguir la aprobación del Presupuesto 2026 y de la ley que aspira a incentivar a los argentinos a sacar los dólares del colchón; a continuación deberá concretar la aprobación del de la ley de modernización laboral primero; después la reforma impositiva y, finalmente, la aprobación del Nuevo Código Penal.
El "Colorado" afirma que se le han dado garantías de un trato diferente del dispensado a su antecesor, Guillermo Francos, quien era constantemente desautorizado por Santiago Caputo, por Luis Caputo o por Javier Milei, impidiendo la concreción de sus negociaciones hasta quedar reducido al ridículo. Para asegurarse, Santilli planea reunirse frecuentemente con el ministro de Economía para interiorizarse sobre fondos disponibles, bandas cambiarias, y prioridades de la gestión. Necesita dar una imagen de eficiencia y respaldo oficial para tratar de obtener el respaldo de diputados y senadores que responden a los gobernadores.
La victoria electoral impuso cambios drásticos que colocaron a Milei en “Estado de Gracia”. Su imagen creció, la confianza en que dentro de un año la economía mejorará se incrementó, y el dólar oficial bajó su cotización a 1.425 pesos gracias a la intervención oficial posibilitada por la utilización del swap norteamericano. Ya que la política no lo objeta, el “Messi de las finanzas” y el presidente presentan datos incomprobables con destreza de prestidigitadores sobre porcentajes de crecimiento, recuperación del crédito, mejoras en los precios de las commodities e incremento en las exportaciones.
Mientras que el gobierno recuperó su brillo, todo el arco opositor se hunde en la oscuridad, las reyertas internas y la fragmentación. Sergio Massa anunció que el Frente Renovador se retirará del bloque de Unión por la Patria; varios gobernadores del panperonismo proyectan hacer lo mismo, creando bloques propios o compartidos, mientras que la mayoría de los ejecutivos provinciales –más allá de su signo político- anticipan su respaldo entusiasta a las iniciativas oficiales sin importar cuáles sean. Buscan hacerse perdonar por las votaciones en contrario de este año y la creación de la fallida alternativa de Provincias Unidas.
En los bordes, Mauricio Macri trata de fidelizar lo poco que le queda, anunciando que acompañará, pero que en 2027 jugará por su cuenta. Habrá que ver que mantiene para entonces. Mientras que Cristina Fernández de Kirchner y Máximo, cada vez más condenados por la opinión pública, intentan negociar en secreto con el gobierno mientras que no pierden la ocasión de denostar a Kicillof, cada vez que se les presenta. El gobernador bonaerense está en su peor momento: la pasa muy mal con la aprobación del presupuesto, no tiene un bloque legislativo propio y, ante su titubeo y procrastinación sistemáticos para tomar la decisión de una ruptura con la expresidenta se hunde en el abismo que él mismo se fabricó. Paradojas de la política: entre el 7 de septiembre y el 26 de octubre el “pato rengo” parecía ser Javier Milei: a partir de entonces Axel asumió ese rol. ¿Podrá concluir su mandato?
Por si fuera poco, Cristina no cesa de contribuir a la popularidad presidencial. El reinicio de la causa Cuadernos la ha puesto en situación aún más complicada. Es imposible dirigir la oposición con una domiciliaria y privación vitalicia de ejercicio de cargos públicos. Sólo le queda negociar con el gobierno para no terminar en prisión efectiva, aunque para ello deba entregar a toda su cría. No es algo que particularmente le importe: se ha cansado de hacerlo y sin necesidad alguna. Julio De Vido y muchos otros podrían confirmarlo sin esfuerzo alguno. (www.REALPOLITIK.com.ar)