17 de noviembre de 2025 | Gremiales
“Lo que pasó el otro día fue muy grave. Si el descarrilamiento se producía 50 o 100 metros más adelante, hoy estaríamos discutiendo otra cosa”, inició Rubén Sobrero, al advertir sobre el riesgo que implicó la falla técnica ocurrida en un sector donde se estaban realizando trabajos de señalización. “Es un sistema del año 1930, mezclado con nuevas tecnologías y hasta cables de tela. Venimos pidiendo que esto se modifique desde hace mucho”.
El dirigente de la Unión Ferroviaria seccional Oeste detalló que el descarrilamiento fue producto de un cambio que “se accionó automáticamente” sin injerencia humana. “No hubo falla del trabajador. Fue un problema técnico. Y lo preocupante es que hablamos de un sistema nuevo. Si esto falla en un lugar, ¿qué pasa con todo lo que ya se instaló? Ahora estamos investigando toda la línea”, afirmó.
Sobrero también contextualizó el estado general de la red ferroviaria: “El sistema viene destruido desde 1961. Todos los gobiernos fueron responsables, directa o indirectamente. Cada gestión cambia el rumbo: soterramiento, tren bala, puente, no puente. Una empresa no puede funcionar así”.
Frente al debate entre privatización y gestión estatal, fue contundente: “Ya vivimos lo que es la gestión privada. En diez años hubo más accidentes que en cien de ferrocarriles estatales. La seguridad ferroviaria es demasiado seria para dejarla en manos privadas”. Propuso que los trabajadores deben ocupar un rol central en la conducción: “No puede venir ningún tecnócrata ni chatarrero a decirnos qué hacer con una empresa que conocemos desde adentro”.
Consultado sobre el papel del gobierno nacional, aseguró: “Tenés un gobierno que odia la planificación y lo popular. Instalaron que la inversión en ferrocarriles es déficit, cuando en todo el mundo se entiende como lo que es: inversión”. Y comparó: “Inglaterra privatizó y después tuvo que estatizar de nuevo. Nunca más volvieron a dejar un tren en manos privadas”.
El panorama se agrava con el ajuste de personal: “La empresa está eliminando su capital más importante: el capital humano. Ya se fue el 30 por ciento por los bajos salarios. Los mejores técnicos e ingenieros se van porque afuera ganan tres o cuatro veces más. Se está vaciando la capacidad técnica del ferrocarril”.
También cuestionó duramente el rol de la Confederación General del Trabajo (CGT): “Es parte del problema. No pueden abrir la boca porque no tienen un programa alternativo. Antes el movimiento obrero tenía plataformas claras, hoy no hablan de la informalidad, ni de la salud, ni de los jubilados, ni de la bicicleta financiera. No defienden a los trabajadores”.
Finalmente, Sobrero advirtió que sin reacción social, el deterioro continuará: “Si no defendemos el transporte como un derecho, nos vamos a quedar sin trenes. Bahía Blanca es un ejemplo: rompieron la vía, los privados no la arreglaron y suspendieron el servicio. Así de simple. Y si la sociedad no reacciona, no vuelve más”. (www.REALPOLITIK.com.ar)