18 de noviembre de 2025 | Nacionales
“La empresa, cuya marca comercial es Mauro Sergio, nos comunicó en el ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires que, por falta de ventas, sobrestock y problemas financieros, debía reducir su mano de obra al 80 por ciento”, inició María Demateis. “Ciento setenta y cinco trabajadores fueron suspendidos. Logramos algunas mejoras: que el período sea de cuatro meses y medio y que el aguinaldo se pague en dos cuotas, pero aun así es un golpe durísimo”.
La delegada explicó que la suma que percibirán los trabajadores durante la suspensión será no remunerativa, lo que implica pérdida de aportes jubilatorios. “No solo nos reducen un porcentaje importante del salario de bolsillo, sino que también perdemos aportes previsionales, algo que es parte de nuestro trabajo y de nuestro futuro”, lamentó.
Demateis destacó que la situación no es nueva, sino que se agravó en los últimos meses: “Hace dos meses venimos denunciando ciento cincuenta despidos y arreglos involuntarios. La caída de ventas se profundizó por la apertura de importaciones y por el bajo poder adquisitivo de la población. Producíamos cada vez menos, pero no esperábamos algo tan drástico como suspender a ciento setenta y cinco personas”.
La referente sindical también alertó sobre el impacto social: “Hay familias enteras suspendidas. El salario textil es muy bajo, venimos con aumentos del 1 por ciento mensual y un bono no remunerativo congelado desde hace dos años. Nuestros sueldos están totalmente devaluados y ahora nos recortan aún más”.
En paralelo, la empresa busca avanzar con polifuncionalidad entre los sesenta y cinco trabajadores que quedaron activos. “Es un intento de aplicar una reforma laboral dentro de la fábrica. Y cuando esto lo enfrentamos los trabajadores solos, sin representación firme, la fuerza es menor. Estamos muy vulnerables”, advirtió.
La delegada cuestionó además la falta de reacción sindical frente al avance empresario: “No solo Textilana está así. La mayoría de las textiles en Mar del Plata y a nivel nacional están en la misma situación. Todos están viendo qué pueden sacar de esta reforma laboral. Nos dejan totalmente desamparados”.
Respecto al impacto de las importaciones, Demateis fue contundente: “Sale más barato comprar ropa importada de China que producirla localmente. Y si la gente hoy se endeuda para comprar comida, la indumentaria queda relegada. El consumo se desplomó”.
Sobre los pasos a seguir, explicó: “Ya no pudimos revertir la suspensión. Ahora peleamos para que no avancen con la reforma laboral en los sectores que siguen trabajando. Pero sin el acompañamiento de quienes deberían convocar a los trabajadores, es muy difícil”.
Finalmente, aclaró que la planta no está cerrada. “Sigue funcionando, aunque con muy poca producción. Yo quedé como delegada en planta. No creo que cierren, pero sí que continuarán estas condiciones en el corto plazo”, cerró Demateis,. (www.REALPOLITIK.com.ar)