23 de noviembre de 2025 | Nacionales
“Ese fósil tiene una importancia enorme a nivel mundial porque es uno de los ejemplares más completos que se conocen en el registro fósil para ese grupo de tortugas y es el más completo para lo que es el hemisferio sur”, destacó Juliana Sterli. Según explicó, este descubrimiento permite profundizar en “lo que era la anatomía de este grupo de tortugas y también las relaciones de parentesco entre las distintas especies”.
Sterli subrayó la riqueza paleontológica de la Patagonia y, especialmente, de Chubut. “El registro fósil de tortugas de Argentina es muy rico y en la Patagonia se concentra tal vez la mayor cantidad y Chubut en particular tiene el 40 por ciento de todo el registro fósil que se conoce de tortugas de Argentina”, afirmó.
También destacó el rol del Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF), institución referente a nivel mundial: “Tiene ya tres décadas de estar presente acá en la provincia y tiene mayormente una colección de todo lo que es el registro fósil acá de Chubut”. En total, el museo alberga “más de 40 mil especímenes que crecen año a año con los diferentes trabajos de campo”. Allí se desarrolla tanto la investigación científica como la preparación y curaduría de los fósiles que posteriormente se exhiben al público.
La investigadora detalló el complejo proceso para extraer el fósil de la tortuga marina, encontrado en una zona de muy difícil acceso. “Se encontró a más de dos kilómetros del camino más cercano, en un terreno muy irregular, con subidas y bajadas muy pronunciadas”, explicó.
El traslado de los materiales fue un desafío en sí mismo. “A veces nos ayudaban los herederos del campo con caballos para llevar las bolsas de yeso, que podían pesar 20 kilos o más, y el agua para realizar el bochón”, detalló. Ese bochón —una cobertura de arpillera y yeso— permitió proteger un caparazón extremadamente frágil: “Tiene más o menos un centímetro y medio de espesor (...) es como una lámina de un centímetro de espesor, de dos metros por dos metros”.
Frente a las dificultades del terreno, los técnicos del MEF diseñaron un dispositivo inédito. “Diseñaron un tortumóvil, una construcción con hierro que tiene ruedas, que se podía ensatar y usaba como trineo para poder ir moviendo este bochón, que pesaba más o menos media tonelada”, relató Sterli.
Luego de retirarlo del campo, comenzó la etapa de preparación: “Retirarle primero el bochón y después sacarle todo el sedimento, toda la roca que lo cubre. Muchas veces por el tamaño y la preservación son procesos que llevan varios años”.
Sterli explicó que, además de las herramientas tradicionales, el equipo utiliza tecnologías avanzadas para analizar los fósiles: “Tenemos escáneres de superficies en tres dimensiones, que en el caso de esta tortuga los hemos utilizado para escanear cómo estaban distribuidos los huesos dentro del caparazón”.
Esos datos permiten estudiar los procesos que ocurrieron desde la muerte del animal hasta su fosilización. También se aplican tomografías computadas y microtomógrafos en fósiles más pequeños, mientras que en otros países se emplea sincrotrón, una tecnología que aún no está disponible en Argentina pero que ofrece un nivel de detalle excepcional.

Consultada por su experiencia como mujer paleontóloga, Sterli señaló: “Vemos una paridad. Es una ciencia bastante pareja en cuanto a las proporciones”, aunque reconoció diferencias según etapas de la carrera: “En las distintas categorías de CONICET se observan diferencias y también en las subdisciplinas de la paleontología”.
La investigadora fue distinguida recientemente con un premio internacional de la Asociación de Mujeres Geoscientíficas. “Es lo que se denomina el premio a la excelencia en la mitad de la carrera, es un honor recibir este tipo de reconocimientos, siendo mujer y de Argentina, reconocida a nivel internacional”, celebró.
En el cierre, Sterli remarcó la importancia de cuidar los hallazgos paleontológicos. “Los fósiles son patrimonio del país, existe una ley nacional que protege todo el patrimonio paleontológico”, recordó. Y aclaró: “Un fósil no es de una persona, es del estado. Los fósiles son de todos los habitantes de la República Argentina”. Por eso, destacó el rol de los museos y universidades: instituciones que “los preservan, los investigan y los exponen”.
La científica también dejó un mensaje a los jóvenes: “Yo hice toda mi carrera en instituciones públicas. Hay que apoyar la educación pública en Argentina”. Y sostuvo: “Si uno tiene la convicción y el apoyo de la familia, se puede, se puede, se puede”. (www.REALPOLITIK.com.ar)