23 de noviembre de 2025 | Municipales

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Perros “enfermeros” en un hospital platense: Cuando el cariño también cura

En el Instituto Médico Platense, ubicado en 1 y 51, una escena que hasta hace poco parecía imposible hoy forma parte de un programa oficial: pacientes internados pueden recibir la visita de sus perros, considerados por muchos como parte inseparable de la familia.

En el Instituto Médico Platense, ubicado en 1 y 51, una escena que hasta hace poco parecía imposible hoy forma parte de un programa oficial: pacientes internados pueden recibir la visita de sus perros, considerados por muchos como parte inseparable de la familia. La iniciativa nació de un pedido persistente de quienes atraviesan internaciones prolongadas y del reconocimiento, por parte del equipo de salud, del impacto emocional que generan los vínculos afectivos.

El director del sanatorio, Juan Guillermo Salas, explicó que especialmente los adultos mayores manifestaban la necesidad de reencontrarse con sus mascotas. Ese reclamo llevó a que médicos, psicólogos e infectólogos trabajaran en un esquema que permitiera hacerlo posible sin comprometer la seguridad sanitaria del establecimiento. “El objetivo es la empatía hacia un paciente que vive un momento de angustia. El componente afectivo cumple un rol decisivo, y dentro de ese universo están sus mascotas”, señaló Salas.

Un programa con reglas claras

Para poner en marcha el proyecto se elaboró un protocolo estricto. Los animales deben tener el calendario de vacunación al día, estar bañados, haber pasado una revisión veterinaria y usar elementos de seguridad, como el bozal. El paciente, por su parte, firma un consentimiento y asume el compromiso de cumplir las normas establecidas.

Los encuentros, por ahora, se realizan en un espacio acondicionado especialmente dentro del sanatorio. La idea es que, a medida que avance la organización, las visitas puedan hacerse directamente en la habitación del paciente. Por el momento, la iniciativa está centrada en perros, aunque el equipo ya evalúa sumar a los gatos.

Las visitas duran entre 20 y 40 minutos y el tiempo se ajusta tanto a la condición del paciente como a la reacción de la mascota. El equipo médico supervisa la situación y acompaña, especialmente si aparece un pico de angustia o una reacción emocional intensa. “Es un proyecto que recién empieza, pero creemos que aporta bienestar y acompaña el tratamiento”, indicó Salas.

La primera experiencia

El programa se estrenó con la historia de Javier, un paciente que recibió la visita de su perro y no pudo contener la emoción. Según relató el director del Instituto, el cambio en su estado anímico fue evidente: “Quedó profundamente agradecido. Ahora veremos si esto tiene repercusión en su evolución clínica, pero el aspecto afectivo ya empezó a cubrirse”.

El Instituto Médico Platense es, por ahora, la única clínica privada de la Ciudad que implementa un programa de este tipo, aunque la repercusión inicial sugiere que el modelo podría expandirse. La ciencia trabaja sobre moléculas; la recuperación, a veces, también se sostiene en un gesto simple: reencontrarse con quien siempre estuvo ahí moviendo la cola. (www.REALPOLITIK.com.ar)