Violencia en las escuelas: “Estamos ante una situación de ruptura total del lazo social”

La especialista comenzó reflexionando sobre la exposición pública de estos hechos: “Creo que hay algo de poder visualizar la violencia en las escuelas, porque hoy todo se documenta, porque estamos ante una nueva era que es la era digital y donde pareciera que todo tiene que ser servido a las redes sociales para que se valgan de algo”. En ese punto advirtió que el algoritmo alimenta y amplifica estas situaciones: “A veces hasta se banaliza todo esto, no se le da el grado de preocupación que se tiene que dar”.

Daniela Gasparini sostuvo que estas expresiones violentas son un síntoma de un clima social deteriorado: “Estamos ante un contexto que está atravesando una situación de mucha enfermedad, una enfermedad social, que es lo que Freud hablaría en el malestar en la cultura”. Si bien recordó que la violencia escolar no es nueva, sí advirtió un agravamiento: “Creo que sí se incrementó en el último tiempo porque es producto, es una radiografía del malestar social que hay, de la violencia social que hay”.

Consultada sobre el vínculo entre estos episodios y la crisis económica, la psicóloga afirmó: “Los adultos en los diferentes espacios sociales donde transitan están con grandes preocupaciones económicas. Hay tres, cuatro laburos por adulto porque obviamente son todos trabajos precarizados o que no alcanza a poder costearse el costo de vida”.

A esto se suma el impacto del consumo tecnológico: “Hay mucho consumo digital y esto genera cada vez más déficit atencional, cada vez más ansiedad, cada vez más preocupación de ver cómo resuelvo rápido y fácil el problema”. Según advirtió, ese combo reduce la tolerancia a la frustración y deteriora la resolución pacífica de los conflictos.

Para Gasparini, buena parte de estas reacciones tienen un componente primario y no mediado: “Es la pulsión de agresividad en su máxima expresión, que la tenemos todos y todas desde que nacemos, nada más que está mediado por la norma… y pareciera que ya esto es una suerte de anomia social donde no hay reglas”.

Además, alertó sobre la situación de los docentes, muchas veces víctimas directas de estos hechos: “Las docentes reciben a la salida de la escuela a madres increpándolas… hay algo muy primitivo, muy instintivo que aparece ahí, que no media el diálogo”.

La psicóloga también vinculó esta problemática con el clima institucional y político actual: “Veo una violencia institucional que está instalada. Desde los lugares que deberían prevenir la violencia, instalan la violencia, los discursos de odio, mueven el mercado por sobre el estado”.

En esa línea, apuntó al ejemplo que brindan los dirigentes: “Cuando ves que en la jura en el Congreso hay gritos, insultos, violencia… ¿cómo vamos a pretender que un niño o una niña en edad escolar se construya como un sujeto sano, que pueda resolver a través de la palabra?”.

Gasparini graficó la falta de herramientas de acompañamiento con un episodio reciente: “La mamá de una adolescente que no pudo recibir su diploma porque se suicidó por ser víctima de bullying fue a recibirlo con un cartel diciendo que el bullying tiene estas consecuencias. La falta de políticas de contención educativas no puede recaer únicamente en los docentes, que tienen toda la buena voluntad, pero no tienen las herramientas”.

Finalmente, advirtió sobre la gravedad del escenario: “Creo que estamos ante una situación de muchísima gravedad y de ruptura total del lazo social, y que empieza en los lugares institucionales más altos. Hay que revisar todo esto y no normalizarlo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)