5 de diciembre de 2025 | CABA
Un delincuente logró llevarse 40 mil dólares en efectivo del interior de un vehículo estacionado en Puerto Madero sin romper cerraduras ni dejar marcas. La maniobra habría sido ejecutada mediante el uso de un inhibidor de señal, herramienta silenciosa que avanza con fuerza en el mundo delictivo y que ya preocupa a especialistas en seguridad urbana.
El hecho, denunciado el 1 de diciembre de 2025, ocurrió sobre Martha Salotti, frente al Hotel Faena, una de las zonas más filmadas y patrulladas de la capital. A pesar del control constante, el ladrón actuó con total impunidad y precisión.
Según consta en la denuncia a la que accedió este medio, la víctima llegó al barrio cerca del mediodía con un objetivo claro: recorrer concesionarias y avanzar en la compra de un vehículo de alta gama. Para ello llevaba 40 mil dólares en dos bolsas marrones, destinadas a la seña del nuevo auto.
Tras estacionar su Volkswagen Golf GTI, activó el cierre y entró a una concesionaria cercana. La escena era la habitual: barrio tranquilo, tránsito normal, cámaras por todos lados y presencia policial. Pero esa sensación de seguridad duró poco.
Mientras la víctima hacía consultas en el interior del local, un hombre que había estado merodeando se acercó al vehículo. De acuerdo al testimonio, se trataba de un individuo robusto, de 1,75 metros de altura, tez trigueña y buzo negro con inscripciones blancas. El sospechoso habría activado un inhibidor de señal, bloqueado el cierre automático y abierto la puerta como si fuera el dueño.
En cuestión de segundos, tomó las bolsas con el dinero y se retiró caminando sin despertar sospechas. Luego, subió a un Volkswagen blanco estacionado en las inmediaciones y escapó.
El caso volvió a encender las alarmas por el uso cada vez más frecuente de inhibidores de señal, dispositivos capaces de anular la frecuencia del cierre remoto. Esta técnica se ha convertido en una de las preferidas de bandas especializadas en robos rápidos, limpios y sin violencia.
En zonas como Palermo, Recoleta, Núñez y ahora Puerto Madero, los reportes por esta modalidad vienen en aumento. Las autoridades reconocen que es difícil detectarlos: no hay rotura de vidrios ni forzamiento de cerraduras, lo que complica la investigación.

Cuando la víctima regresó alrededor de las 15:30hs, notó que su auto no presentaba daños. Pero al abrir la puerta, el vacío era elocuente: las dos bolsas con 40 mil dólares ya no estaban. Nada estaba roto ni revuelto, el sello característico de los golpes ejecutados mediante inhibidores.
El hecho se produjo en uno de los puntos con mayor densidad de cámaras por metro cuadrado: torres corporativas, comercios premium, concesionarias y hoteles internacionales. Aun así, la Policía porteña deberá analizar varias horas de imágenes para reconstruir el recorrido del sospechoso y determinar si actuó solo.
La víctima también mencionó la presencia de un Gol Trend blanco en doble fila, posible apoyo logístico. No se descarta que el delincuente integre una organización criminal dedicada a robar dinero en vehículos particulares o autos de alta gama.
El caso generó preocupación entre residentes de Puerto Madero. “Si se llevan 40 mil dólares sin forzar nada y sin que nadie vea nada, ¿qué queda para el resto?”, expresaron. Reclaman patrullajes coordinados y tecnología capaz de detectar frecuencias ilegales.
La causa, caratulada como hurto, continúa abierta. Se espera el análisis de cámaras, huellas y cruces con hechos similares.
El robo, ejecutado sin violencia, sin destrozos y sin levantar sospechas, vuelve a mostrar que la delincuencia tecnológica avanza más rápido que las medidas para frenarla. (www.REALPOLITIK.com.ar)