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11 de octubre de 2016 | Opinión

Correo de lector

Réplica de los trabajadores del Teatro de la Comedia al ex director Jorge D'elía

Con creciente indignación, a medida que cada uno de nosotros avanzábamos en la lectura de la nota realizada al hoy ex director del Teatro Comedia de la provincia de Buenos Aires, leímos las insólitas declaraciones que Jorge D'Elía hacía en instalaciones del diario El Día de esta ciudad.

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Trabajadores del Teatro de la Comedia

Con creciente indignación, a medida que cada uno de nosotros avanzábamos en la lectura de la nota realizada al hoy ex director del Teatro Comedia de la provincia de Buenos Aires, leímos las insólitas declaraciones que Jorge D'Elía hacía en instalaciones del diario El Día de esta ciudad. Sus palabras, tan amargas como inexactas, son tan insultantes para todos los que trabajamos en este Teatro que no podemos menos que tomar lo que por derecho nos corresponde: la réplica.

Esta persona, que con total falta de modestia se autoseñala como un hombre sano, decente, creativo y honesto ha tenido varias faltas a un valor fundamental que alguien con semejantes características debería respetar: la verdad.

Es tal su muy particular visión de su breve paso por la dirección de nuestro teatro, que resulta tan tedioso como disgustante contestar punto por punto su desgraciada narración de tal breve paso, por lo que nos ceñiremos a los conceptos medulares de sus dichos.

Jorge D'Elía fue designado director mediante el decreto n° 516 el día 11 de diciembre de 2015, presentándose recién un mes y medio después de su designación a tomar su cargo ante los trabajadores. Ese inolvidable día no solamente dijo desconocer la existencia y alcance del decreto 47 que ponía de rodillas al único teatro de prosa oficial de la provincia quitándole su presupuesto y limitándolo a su sala sin posibilidades de accionar en el territorio que desde su creación, hace cincuenta y ocho años, ha recorrido, sino que además dijo tener un montón de proyectos sin poder mencionar más que uno solo y sin definiciones concretas. Esto, luego de un mes y medio recordemos.

Si bien es cierto que se le hizo un fuerte reclamo en contra del nefasto decreto 47, no es menos cierto que su respuesta fue una nota interna en donde él mismo proclamaba la anulación del mismo. Obviamente el decreto, que solo puede ser anulado por la gobernadora, estuvo y está vigente, por lo que tan infantil mentira no hace más que hablar de la subestimación con las que nos obsequió. No obstante, este “sindicalizado” teatro trabajó bajo su dirección hasta su renuncia, esa fue nuestra respuesta a su insulto a nuestra inteligencia.

Y trabajamos a pesar de detestar profundamente su posición de, como él mismo señala en la nota, querer “devolver cultura a los habitantes de La Plata”, una misión que es muchísimo más chica que la que cumplimos por más de un lustro llevando cultura a toda la provincia y en esta ciudad mucho antes de llegada; trabajamos con la dedicación de siempre en honor del profesionalismo y respeto que él no mostró para con nosotros.

Podemos aplicar este achicamiento a su mencionada “súper producción” que fue la única obra que impulsó: “El viejo Otelo”, que en términos de producción y montaje teatral estuvo a la altura de una representación escolar, dejando sin trabajo a la mitad de las secciones técnicas del teatro. Tuvo un cañón en sus manos, que utilizó para matar un mosquito.

Por último, después de lo expuesto, la triste referencia a su amor por el Teatro Comedia: en casi sesenta años de vida hemos producido más de ciento cincuenta obras y montado el triple, de las cuales el señor D'Elía participó en tres, dos entre 1972 y 1973, y una en 2001. Cuando perdimos nuestras salas, cuando nos relegaron a los rincones húmedos y oscuros, siempre que algún gobierno nos quitó o nos ignoró para desaparecernos, vimos a varios amigos alrededor, curiosamente usted y su amoroso sentimiento no se encontraba entre ellos... Será que nuestros verdaderos amigos no son famosos. De todos modos no está en nuestro ánimo que usted sufra tanto como lo manifiesta en la nota, por lo tanto deseamos nos olvide pronto. Tan pronto como lo haremos nosotros. Una no gestión es olvidable.

“No quisiera patinar como persona” dijo, la mala noticia es que no lo logró, y eso es un fracaso aún más estrepitoso. Denuncia “presiones de todos lados” y nos señala solo a los trabajadores, ni siquiera estando fuera del área de gobierno se anima a mencionar la indiferencia de sus ex superiores.

NOTA REALIZADA POR EL DIARIO EL DÍA, EL PASADO 16 DE AGOSTO

“Yo vine a ser director de un teatro, no de un sindicato”, aseguró ayer el reconocido actor platense Jorge D’Elía quien, siete meses antes, había asumido con gran entusiasmo la dirección artística de la Comedia de la Provincia, una institución de la que formó parte en su recordada época dorada, y de la que ahora decidió dar un paso al costado.

“He sido presionado por todos lados y la verdad es que yo no me dedico a eso. Soy actor y voy a seguir con mi carrera”, confesó D’Elía, en diálogo con El Día, golpeado por esta situación, a la que definió como “uno de los peores fracasos” de su vida.

A pesar de que no quiso profundizar en las “presiones” que recibió, todo parece indicar que D’Elía no pudo sortear los conflictos gremiales que existían, incluso, desde antes de su llegada.

“No me dieron tiempo para decir quién era y ya me habían declarado persona non grata. Y yo no estoy acostumbrado a esa vida”, agregó el platense, desencantado y dolido por esta experiencia que espera poder dejar atrás pronto.

“Son cosas tan ajenas a lo que es mi vida, que estoy como paralizado, no es miedo ni intención de lastimar a nadie. Lo máximo que te puedo decir es que soy un tipo de bien... Todo lo demás que se hagan cargo los políticos. Yo vine a ser director de un teatro, no de un sindicato”, remarcó el actor, y agregó: “Se necesita mucho antibiótico para estar ahí dentro”.

D’Elía insistió en que “no le dieron tiempo” aunque minimizó el hecho diciendo que “tampoco es tan dramático: tal vez yo no tuve la paciencia necesaria”.

En la misma línea, destacó que “salió mal” y que ahora sólo piensa en dar vuelta la página. “Me voy a dedicar a vivir mi vida sanamente. Yo estoy acostumbrado a charlar, a ser un tipo honesto, decente, creativo... y no fui a pelear con nadie”.

Por otra parte, destacó que uno de los motivos que lo llevó a aceptar esta tarea de gestión tenía que ver con un recuerdo de una Comedia diferente. “Tengo un gran amor por la Comedia que yo creí que seguía siendo, pero la verdad es que no lo es. Yo estuve en la época dorada, hice varios trabajos y creí que volvía a esa institución pero me equivoqué”, manifestó.

De todos modos, y en un balance artístico de su tarea, D’Elía se mostró conforme con lo que pudo hacer, dentro de lo que se destacó “El Viejo Otelo” (la súper producción de la Comedia que incluyó un casting de más de doscientas personas y que se ofreció gratis en homenaje a los cuatrocientos años del fallecimiento de Shakespeare y Cervantes), los ciclos “Puro Teatro” y “Domingos Unipersonales”, además de una nutrida programación gratuita para las vacaciones de invierno, tanto para grandes como para chicos.

“Hasta dónde pude, hice. Pensaba seguir... Había muchas cosas por hacer, pero no me dejaron… Mi gestión fue un fracaso, no va a ser ni el primero ni el último... Lo que no quiero es patinar como persona”, concluyó D’Elía, apenado.

Desembarco difícil

El desembarco de Jorge D’Elía como director de la Comedia se había dado con objetivos claros: “Armar una programación que exalte a los jóvenes valores provinciales y jerarquice las distintas actividades de la sala”, además de “devolver cultura a los habitantes de La Plata, volver la cultura accesible en medio de un proceso inflacionario que nos duele en el bolsillo”.

Su asunción se dio en medio de un reclamo sindical hacia el decreto 47 firmado por María Eugenia Vidal que, según el reclamo de varios empleados, “establecía que la institución cambiaría de nombre y ya no realizaría producciones propias, lo cual implicaba una serie de despidos”.

“Yo vine a ser director de un teatro, no de un sindicato”

En mayo, días antes del debut de “El Viejo Otelo”, D’Elía se refirió a esa situación. En aquel entonces, en diálogo con El Día, reveló que avisó desde su ingreso como director que “yo no vine a echar a nadie”, y al escuchar los reclamos los llevó al secretario de Cultura de la provincia, Alejandro Gómez, quien dio el aval para cambiar el decreto, devolver el nombre original y especificar (“el decreto no lo decía por obvio”) que la Comedia seguiría realizando producciones originales. “En menos de doce horas me reuní con ellos y les confirmé que estaba concedido”, contó en aquel entonces.

Pero los conflictos gremiales, al parecer, continuaron, derivando ahora en la renuncia de D’Elía después de siete meses de gestión. Ahora resta saber quién lo reemplazará puesto que, hasta la jornada de ayer, la Comedia de la provincia de Buenos Aires seguía acéfala.


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