Ezeiza, un despegue al futuro

Si bien el partido de Ezeiza fue creado el 20 de octubre de 1994, por medio de la ley provincial 11550, al escindirse para tal propósito tierras del vecino Esteban Echeverría, las tierras que hoy lo conforman conocen un derrotero similar al de muchos rincones del Conurbano y las pampas bonaerenses.

Habitada la zona por indígenas querandíes al llegar los conquistadores, Juan de Garay la somete definitivamente al control de los colonos y en 1588 reparte los primeros ejidos entre los pobladores de la naciente ciudad de la Santísima Trinidad del Buen Ayre. Se irán alternando por la comarca diversas explotaciones agrícolas y estancias, siendo las más grandes las pertenecientes a dos destacados vecinos de Buenos Aires: don Juan Guillermo González y Aragón, bisabuelo de Manuel Belgrano (quien en 1758 abre en su estancia “Los Remedios” la primera capilla para el culto católico), y don Gerónimo Ezeiza, yerno del célebre alcalde de primer voto del cabildo porteño, Pedro de Barragán, quien se afinca en la zona con su familia e iniciara un linaje cuyo nombre estaba destinado a perpetuarse.

Al sobrevenir la guerra de independencia los habitantes de la zona apoyan la causa patriota y en las siguientes décadas continúa el progreso de la zona, fomentado por emprendedores vecinos, entre ellos don José María Ezeiza, descendiente de don Gerónimo. Este fallece en 1885, y al poco tiempo le sigue su única hija y heredera, pasando las tierras de la familia a su yerno, quien las dona a la compañía del ferrocarril Oeste, con el cargo de levantar una estación en honor a su distinguido suegro. El 17 de julio de 1885 se procede a inaugurar los trabajos del ferrocarril y se lotean las tierras vecinas, con lo cual da inicio la vida de la localidad de Ezeiza, llamada a ser cabecera de partido.

Las siguientes décadas conocerán la expansión de la comarca y llegan nuevos vecinos en busca de tierras y oportunidades. La industria tambera y la actividad agropecuaria empiezan a empujar el crecimiento de la localidad, y una vibrante vida social y cultural se forma alrededor de clubes y asociaciones. Cuando en 1949 el gobierno de Juan Domingo Perón elija las tierras vecinas a Ezeiza para erigir un aeropuerto internacional, que fue bautizado en honor a su ministro de obras públicas Pascual Pistarini, y tras la llegada de una autopista y la electrificación del ramal ferroviario, sumados a un centro de investigación atómico, el perfil de Ezeiza se consolida definitivamente y comienza la lucha por la autonomía que tras las agitadas últimas décadas del siglo XX, se consigue finalmente en 1994.

Ezeiza al día de hoy afronta su futuro con hidalguía y consciente de los desafíos que se vienen. Por sus tierras y pistas del mentado aeropuerto han pasado ríos de emociones humanas: amargura por las despedidas de aquellos que se fueron para no volver, algarabía y expectación de tantos turistas argentinos que parten hacia nuevas tierras y de tantos extranjeros cuyo primer contacto con esta patria es por medio de esta ciudad, también las pasiones políticas desbordadas de muchos argentinos (como el frustrado y violento segundo retorno del general Perón a la Argentina en junio de 1973). Ezeiza ha sabido ganarse su lugar en la historia, el que su pueblo deberá cuidar y hacer florecer en los años venideros, tal cual lo soñaron los pioneros. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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