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14 de agosto de 2017 | Nacionales

Panorama REALPOLITIK

Randazzo llevó al Partido Justicialista a la peor elección de su historia

El lujoso salón del Palacio Raggio de la esquina de Moreno y Bolívar, en pleno corazón de Monserrat, nunca estuvo tan desolado. Ni siquiera en los 28 años que estuvo ocupado ilegalmente. Lejos de las fiestas de gala del hotel y la liviana alegría del café del día a día, Florencio Randazzo arrastró hasta allí la oscura sombra de la derrota, un manto tan pesado que comienza a aplastarlo de cara a octubre.

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El lujoso salón del Palacio Raggio de la esquina de Moreno y Bolívar, en pleno corazón de Monserrat, nunca estuvo tan desolado. Ni siquiera en los 28 años que estuvo ocupado ilegalmente. Lejos de las fiestas de gala del hotel y la liviana alegría del café del día a día, Florencio Randazzo arrastró hasta allí la oscura sombra de la derrota, un manto tan pesado que comienza a aplastarlo de cara a octubre.

Tan pocos votos cosechó el ex ministro de Transporte que a nadie le interesa siquiera disputárselos. En La Plata la postal fue aun más triste. Su principal candidato, Guillermo Justo Chaves, pasó la tarde con un reducido grupo de amigos tomando café en un coqueto bar de la ciudad. No más militantes, no más política. La falta de votos lo redujo a eso, a un militante más que alguna vez intentó ser un dirigente político.

Florencio Randazzo, de continuar en carrera por los siguientes tres meses, tendrá un extraño récord que ostentar. No la victoria electoral, esa quedó tan lejos que es poco menos que una utopía. El logro del ex ministro será el de ser el responsable de haber hundido al Partido Justicialista en la peor derrota de su historia.

El partido que fundó Juan Domingo Perón junto a los descamisados es uno acostumbrado a las victorias. Ganó con amplitud en 1946 y en 1952 y repitió con Héctor Cámpora en 1973 y, algunos meses más adelante, con la fórmula Perón-Perón.

En 1983, Herminio Iglesias tuvo la poco feliz idea de prender fuego un cajón con la insignia de la Unión Cívica Radical en el cierre de campaña. Aquello le valió la pelea electoral y cayó derrotado ante la candidatura de Raúl Alfonsín. Aun así, obtuvo el 40,16 por ciento de los votos.

En 1989 y ante el fin apresurado del gobierno radical, Carlos Saúl Menem triunfó con el 47,49 por ciento de los votos y el Partido Justicialista regresó al poder. Seis años después, obtendría otra victoria aplastante. El Partido Justicialista volvería a probar el amargo sabor de la derrota en 1999, pero aún así Eduardo Duhalde obtendría un respetable 38,27 por ciento.

En el año 2003, luego de que el presidente De la Rúa decida que Buenos Aires era más linda desde arriba de un helicóptero, el PJ se presentó con tres candidatos: Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. Entre los tres, obtuvieron más del 64 por ciento de los votos. Cuatro años después, Cristina Fernández de Kirchner continuó la racha con 45 puntos, para quedarse con la presidencia en la primera vuelta.

En el año 2011, la entonces presidente volvió a la victoria con un contundente 54 por ciento de los votos, seguido de lejos por Hermes Binner, Ricardo Alfonsín y Alberto Rodríguez Saá.

Hace apenas dos años, Daniel Scioli obtuvo el 36,85 por ciento en la primera vuelta y no fueron pocos los que le saltaron al cuello por haber llevado al Partido Justicialista a lo que por entonces era su peor elección desde la vuelta de la democracia. Quién iba a decir que, tan poco tiempo después, Florencio Randazzo se despacharía con un 5,9 por ciento e ilumine, linterna en mano, el agujero más oscuro en que el partido se ha metido jamás. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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