
Provincia
Conocido como el “padre de la historia”, el griego Herodoto de Halicarnaso (484-425 a. C) es una de las figuras fundamentales, y quizá fundacionales de la cultura de Occidente. Fue el primer cronista en trabajar la narración histórica de manera sistemática y racional, y el primero en dotar a la ciencia historiográfica de un marco conceptual.
Conocido como el “padre de la historia”, el griego Herodoto de Halicarnaso (484-425 a. C) es una de las figuras fundamentales, y quizá fundacionales de la cultura de Occidente. Fue el primer cronista en trabajar la narración histórica de manera sistemática y racional, y el primero en dotar a la ciencia historiográfica de un marco conceptual y una autonomía científica.
Herodoto fue contemporáneo de algunos hechos que marcaron a fuego su vida y la de su pueblo. Y se dedicó a documentarlos conmaestría. En especial las llamadas “Guerras Medicas” (500-449 a.C), donde los pueblos griegos y el Imperio Persa dirimieron su disputa por el dominio del Mediterráneo. Cuando el historiador nació, su pueblo natal -la antigua colonia griega de Halicarnaso, en el Asia Menor- había sido sometida por los persas. Al principio, los ciudadanos griegos y sus nuevos amos persas coexistieron pacíficamente, respetando el imperio persa su cultura y su autonomía política, acambio de soldados y tributos para el Gran Rey Persa, Darío I (520-486 a. C).
Pero hacia el año 500 a. C, una serie de rebeliones de ciudadanos griegos ricos, que pidieron ayuda a las polis de Esparta y Atenas para independizarse del Imperio Persa, terminó con esta situación. La represalia persa fue brutal, y se cree que Herodoto y su familia tuvieron que abandonar la polis natal a cusa de estás guerras. Pasó Herodoto gran parte de su juventud y vida adulta combatiendo como mercenario en las guerras que asolaban el mundo griego, y viajando por toda la cuenca del Mediterráneo y la Península de los Balcanes.
El gran historiador no solo documentó la vida de los griegos de su tiempo, sino que también se interesó por las culturas vecinas, a la que su gente tachaba de “bárbaras”. Así, narró parte de la historia de Egipto, nos dio la primera mención escrita de los pueblos “celtas” de Europa Central y tuvo noticas de los pueblos de la estepa euroasiática, como los escitas y los sármatas. También se cree que tuvo noción de las tribus del Danubio, antepasadas de los pueblos eslavos que hoy pueblan la Europa Oriental y el Báltico.
Su obra y su fama sobrevivieron a su agitada vida y tuvo continuadores ilustres como su paisano Tucidides, y en Roma, Polibio y Tito Livio siguieron su estela. Libro de cabecera su “Historia” para grandes personalidades como Alejandro Magno, Cicerón, Julio César, Augusto y otros grandes de la Antigüedad, pervivió en la Edad Media su fama a través de comentaristas bizantinos y árabes. Hacia el siglo XII se redescubrió en la Europa cristiana su obra y en el Renacimiento y hasta el siglo XVIII, gozó de enorme predicamento sobre generaciones de historiadores.
En el siglo XIX y a principios del veinte, los nacionalistas griegos reivindicaron su figura y su obra, utilizándola para justificar su sueño de la gran Grecia, que habría dominado los Balcanes y el Mediterráneo Oriental. Herodoto está, con justa razón, más vivo que nunca, a través de los imperecederos ecos de su fama y su memoria. (www.REALPOLITIK.com.ar)
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS