Salud es un polvorín: Un hombre se encadenó a la entrada y echaron a veinte empleados

La situación del ministerio que encabeza Andrés Scarsi es francamente insostenible. El caos se extiende desde la planta baja hasta el último piso del antiguo edificio de la avenida 51 de La Plata. Son tantos los problemas que se acumulan, que el ministro ya se resignó a no poder resolverlos y pidió que lo envíen de vuelta a la órbita nacional, de la que desea nunca haberse ido.

Falto de respuestas para su hijo discapacitado durante más de seis meses, un hombre decidió encadenarse a la baranda de la puerta del ministerio. Los mismos empleados del lugar, ante la falta de respuestas del ministro y sus funcionarios, decidieron asistirlo con una silla y algo de agua.

En el cuarto piso del ministerio de Salud bonaerense, muchos metros por encima del encadenado, la situación es igualmente conflictiva. Se decidió rescindir sin causa alguna a veinte trabajadores sin siquiera avisarle a la directora del departamento, que ahora amenaza con irse detrás de sus empleados. Mientras se escribían estas líneas se estaban llevando adelante gestiones para evitar que renuncie.

En el primer piso la atmósfera es más festiva. Los empleados preparan una “fiesta de cumpleaños” para los baños de caballeros, que llevan clausurados doce meses sin que nadie atine a repararlos.

Quien se esconde detrás de este entramado de conflictos no es otra que Romina Rodríguez, una especialista en la materia de violencia laboral y traslados estatales. Durante el corto tiempo en que trabajó en el ministerio de Gobierno, Rodríguez fue denunciada una decena de oportunidades por “violencia laboral” luego de expulsar o instar a la renuncia a una incontable cantidad de funcionarios y empleados del organismo. Fue trasladada en secreto al ministerio de Salud bonaerense donde, al llegar, se presentó para sorpresa de todos como “la ministra en los hechos”.

A los pocos días de asumir se cobró su primera víctima. Leonardo Mancebo, por entonces director de Contrataciones, Compras y Suministros, se hartó de que Romina Rodríguez desautorice todas sus decisiones y presentó su renuncia indeclinable.

El desorden, la falta de preparación para asumir cargos de importancia estratégica y el agregado de tener a Romina Rodríguez suelta por los pasillos del ministerio, prometen cobrarse otra víctima más. Ésta vez será Andrés Scarsi, ministro de Salud bonaerense, quien escape por los pasillos del resquebrajado edificio. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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