Las cajas negras de Ritondo en el ministerio de Seguridad

Según se asegura desde el gobierno de la provincia, y gracias a las labores diarias de la Auditoría General de Asuntos Internos, se está atacando fuertemente la corrupción policial, venciendo así las recaudaciones ilegales de enormes sumas de dinero por fuera de las paredes del gran ministerio de Seguridad. En el fondo, las actividades irregulares continúan al mismo ritmo de siempre pero ahora solo por los órganos autorizados, garantizando así la baja de las recaudaciones a los patrones.

Uno de los órganos que mayor capacidad de recaudar posee es, sin dudas, el ReBA, el organismo que supervisa la venta de alcohol de los comercios para que esta no se realice fuera del horario estipulado por la ley, como así también en locales bailables y bares. Aunque su cumplimiento es limitado y siempre cuestionado, ya que la mayoría de las ocasiones, por una módica suma semanal, se hace caso omiso a la ley y cualquier joven sabe claramente dónde adquirir alcohol fuera del horario permitido. 

Ningún boliche respeta las reglamentaciones establecidas en la provincia de Buenos Aires, desde donde se los presiona para que brinden una colaboración económica a cambio de evitar penalidades. De este modo, sobre todo viernes y sábados, el ReBA se garantiza un recorrido cómodo y muy productivo.

Por su parte, la dirección de Custodias, al mando de gente del riñón de Felipe Solá, maneja grandes cantidades de combustible que actualmente constituye una de las fuentes generadoras de ganancias más importantes del ministerio, justificando movimientos con rondines fantasmas, trasladando detenidos en vehículos con “tanques llenos” y entregando autos oficiales a funcionarios que lo requieran, sobre todo judiciales, reteniéndoles las tarjetas de combustibles para así ganar dinero semanalmente, de este modo ganan su solvencia. 

No siendo suficiente con esto, son los dueños de la mayoría de las horas Polad, ya que el círculo íntimo del director, novia y amigos cercanos las manejan ganándose el 70 por ciento de lo que dejan los policías que no trabajan y se prenden en el negocio, tal y como sucede en las comisarías, pero con la diferencia de que estos poseen un aval y una protección política extra por estar protegidos por las paredes del ministerio de Cristian Ritondo.

Por último, el más notable y grosero órgano creado para recaudar dinero ilegal es la dirección de Seguridad Hospitalaria, el cual centralizó todas las Polad de los hospitales. De esta manera, maneja desde la seguridad de IOMA hasta el más recóndito depósito del ministerio de Salud, con la clásica y eficiente “figuran seis y trabajan dos”, además de darle la posibilidad de generar un extra con combustibles y viáticos.

Pero la mejor parte es que el director de esta área ascendió y quedó a cargo de la misma siendo gente de confianza durante el gobierno de Daniel Scioli, a pesar de tener antecedentes penales y estar condenado por falsificación de documento público.

Así es el relato: se derrocan algunas mafias pero se alimentan otras, para darle un mayor sustento. Los ejemplos están a la vista de quien quiera ver. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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