Un nuevo tenso operativo con los manteros, esta vez sin represión y con “final feliz”

En la tarde del jueves se llevó a cabo un nuevo operativo con los manteros de calle 7. El procedimiento, lejos de ser el mejor trajo aparejado momentos de tensión entre el personal municipal, la Policía Local y Bonaerense con los vendedores.

Alrededor de las 17.00 el personal de Control Ciudadano junto con la Policía Local procedió a sacar la mercadería de los manteros en el centro platense. Esto generó un conflicto desde el inicio, ya que no sólo se retuvo la mercadería sino también pertenencias de aquellos que vendían.

“Nos están sacando el pan”, decían algunos, teniendo en cuenta la fecha previa a la navidad y las ventas que se perdían al no disponer de la mercadería. Pero también se escuchaban quejas porque en la camioneta municipal no sólo había productos sino objetos personales de los puesteros.

Si bien, un móvil ya se había llevado mercadería del lugar, este último no lograba salir ya que los manteros y gente del lugar impedían que saliera. La policía Local custodiaba la camioneta mientras los puesteros insistían en que les devuelvan, en principio sus pertenencias.

Cuando intercedió el secretario de Seguridad, Darío Ganduglia los ánimos no se calmaron, todo lo contrario, los insultos y las quejas abundaban y la decisión de los vendedores callejeros de no dejar pasar el móvil de Control Ciudadano era cada vez más firme.

Luego llegó la Policía Bonaerense quien rápidamente ordenó se alejaran las motos de la policía Local y reconoció que el operativo estaba mal realizado. La promesa entonces fue que la mercadería sería restituida mañana en 20 y 50.

Los comerciantes callejeros descreyeron de la propuesta que hacía el personal de la Bonaerense y permanecieron firmes para que la camioneta, que seguía custodiada por personal de la Policía Local, no saliera del lugar. Fue en ese momento de tratativas y negociaciones en buenos términos cuando un vendedor fue agredido por una persona que irrumpió en el lugar.

Inmediatamente empezaron las corridas y el Rectorado pasó a estar en el centro de la escena ya que el agresor se fue rápidamente y se metió en el edificio de la Universidad Nacional de La Plata.

Según una fuente, quien agredió, sin un aparente motivo al trabajador es personal de seguridad privada del Rectorado. Este episodio, al menos, extraño nuevamente reavivó la violencia y tensión del lugar.

Había quienes opinaron que era alguien que tenía como fin dispersar la atención y así la camioneta lograba salir y hubo otros que catalogaron a la persona como: “Un infiltrado de ellos que busca que se pudra para poder reprimir tal como sucedió en Capital Federal”.

Finalmente después de más de dos horas la decisión fue devolver la mercadería a los vendedores dando marcha atrás con la orden que había firmado el juez Atensio para retenerla.

“El pueblo unido jamás será vencido”, cantaban los manteros y también se escuchaban algunos “gracias”. Si bien, en esta oportunidad hubo “un final felíz”, los vendedores continuaban con la incertidumbre por cómo va a ser la jornada de trabajo mañana y esperando una solución que tarda en llegar. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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