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4 de enero de 2018 | Provincia

Panorama REALPOLITIK

Para mantener lejos a los echados, en el CPV apostaron policías armados en la puerta 

El derrotero de los trabajadores del Centro de Protección de la Víctima (CPV) parece no tener fin. Tras efectuar dieciséis despidos, ahora las autoridades del ministerio de Justicia decidieron apostar a tres policías en la puerta, dos de ellos armados, para controlar el exclusivo ingreso de los trabajadores que quedaron.

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por:
Marian Sidoti

El derrotero de los trabajadores del Centro de Protección de la Víctima (CPV) parece no tener fin. Tras efectuar dieciséis despidos, ahora las autoridades del ministerio de Justicia decidieron apostar a tres policías en la puerta, dos de ellos armados, para controlar el exclusivo ingreso de los trabajadores que quedaron.

Dos efectivos armados de la Policía Bonaerense y uno del Servicio Penitenciario sirvieron ayer de "patovicas" en el CPV, organismo dependiente del ministerio de Justicia, para controlar a través de una lista quiénes entraban al edificio. 

Ubicada en calle 2 esquina 55, el CPV sufrió su primer recorte en octubre, cuando despidieron a una psicóloga con dos años de antigüedad. Luego, en consonancia con los despidos en Producción, Educación y otros ministerios, fueron despedidos en diciembre otros diecinueve trabajadores. 

Finalmente, gracias a distintas acciones gremiales, cuatro de los despedidos fueron reincorporados. Y el CPV terminó el 2017 con dieciséis despidos efectivos, algo que la cartera de Justicia se encargó de dejar claro enviando sendos telegramas. 

El 2 de enero, cuatro de los despedidos se acercaron a las puertas del CPV con sus respectivos escribanos para constatar su situación. Y este miércoles 3, las autoridades del ente de Justicia decidieron hacer un “control de ingreso y permanencia” utilizando a dos uniformados de la Bonaerense y uno del SPB, que controlaron con una lista que los despedidos no ingresaran al lugar. 

Según pudo saber REALPOLITIK, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) ya está al tanto de la situación y contabiliza otros casos en la administración provincial, por lo que no descartan realizar presentaciones ante la Auditoría de Asuntos Internos (AI). 

Como si fuera poco, el mismo día de la “recibida” con policías, los directivos del CPV pidieron a cada uno de los trabajadores un informe de casos del 25 al 29 de diciembre, días donde casi la totalidad de la planta permanecía en estado de alerta y asamblea permanente por la amenaza de despidos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

 


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