Protesta en la municipalidad, a dos años de la represión y con fuertes rumores de despidos 

En las inmediaciones del palacio municipal platense confluyeron organizaciones sociales y políticas, gremios y ex empleados municipales. Con el antecedente de Quilmes, Morón y Tres de Febrero, y el rumor de trescientos despidos en La Plata, los manifestantes conmemoraron dos años desde la brutal represión con balas de goma tras la ola de despidos en 2015. 

"Estamos en alerta por la baja de contratos de los trabajadores municipales y los cooperativistas. Esto es parte del ajuste que se viene dando a nivel nacional y provincial; la Nación obligó a las provincias a firmar un pacto fiscal y a la vez la provincia obliga a los municipios a firmarlo, eso lógicamente genera recortes", expresó a REALPOLITIK Rubén Schaposnik, delegado de ATE provincia.

El dirigente detalló que por ahora están "en revisión" doscientos cincuenta contratos más setecientos cupos de cooperativa. "Hay que ver cómo se sale de esto, queremos una negociación seria donde se pueda ir avanzando en la resolución de este conflicto", agregó. 

Por su parte, el edil peronista Gabriel Bruera manifestó su acompañamiento a los municipales despedidos y se mostró "siempre dispuesto" a un diálogo, que "lamentablemente nunca llega porque lo único que nos ponen son vallas".

"Si no fuera por la gravedad del tema es irónico que después de dos años y medio sigan 'revisando contratos'. O son muy incapaces o -lo que realmente pasa- tienen mala intención para reducir el plantel de trabajadores, reducir servicios a la comunidad platense y tener una vida de lujo", aseguró.

Y advirtió que el oficialismo "trata de buscar en algunos dirigentes de la oposición casos de corrupción, cuando ellos mismos son cero autoridad, cero austeridad, mucha represión y gobierno para pocos". 

El ex trabajador municipal y testigo en causas de lesa humanidad Walter Docters, también se hizo presente en la municipalidad, y en diálogo con este medio destacó la necesidad de "no perder la memoria de los despidos que se hicieron en 2015 y la brutal represión del 2016, por la cual el municipio tiene causas penales abiertas. Aunque una Justicia cómplice capaz de darle la domiciliaria a Miguel Etchecolatz naturalmente no va a agilizar estos expedientes".

"Todo eso se dio con la excusa de que había exceso de empleados. Hoy por hoy, si se saca la cuenta, hay muchísimos más empleados; lo que pasa es que son amigos de esta gestión. Hoy se vuelve a hablar de despedidos, pero es con el mismo sistema: ganamos las elecciones, despedimos gente y tratamos de traer amigos", sintetizó.

Cabe recordar que tras la represión del 8 de enero de 2016, que Schaposnik calificó como "la primera gran acción de Julio Garro como intendente", las vallas en la puerta permanecen hasta el día de hoy. Para Bruera, el palacio municipal es "exclusivo y excluyente: exclusivo para funcionarios con una vida de lujo, y con la gente afuera. Eso es lo que implicó este vallado durante dos años, y por ahí sintetiza un poco el esquema de gobierno que aumentó la desocupación deliberadamente, que hace alarde de los despidos y que utiliza la represión como método disciplinador". (www.REALPOLITIK.com.ar)

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