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21 de enero de 2018 | Municipales

QUILMES | Panorama REALPOLITIK

Martiniano Molina: Entre negociados inmobiliarios y despidos, recibe 2.5 millones de Provincia

El 2018 promete ser un año difícil para el intendente de Quilmes, Martiniano Molina. Lejos del sabor a gloria que le quedó luego de la remontada en las elecciones de octubre, el mandamás pareciera naufragar en un mar de errores y decisiones que levantan sospechas entre sus propios ciudadanos.

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El 2018 promete ser un año difícil para el intendente de Quilmes, Martiniano Molina. Lejos del sabor a gloria que le quedó luego de la remontada en las elecciones de octubre, el mandamás pareciera naufragar en un mar de errores y decisiones que levantan sospechas entre sus propios ciudadanos.

Con el correr de los años, las distracciones de Martiniano Molina han ganado fama y notoriedad. Como cocinero, en un programa televisivo quiso cocinar pizzas caseras sin darse cuenta que se había olvidado de la harina. Como intendente, los furcios se multiplicaron a la enésima potencia.

Desde creer que el Pozo de Quilmes es un bache a olvidarse de reemplazar a Olga Naranjo, la contadora saliente del municipio, y dejar a todos los expedientes paralizados. Algo similar ocurrió cuando festejó el haber contraído matrimonio en la ribera quilmeña “rodeado de vecinos”, olvidando que en la realidad los vecinos no pudieron acercarse a la feliz pareja porque el intendente había ordenado cercar el área y dejar a todos los que no sean ricos y famosos afuera.

Apenas comenzado el año, Molina procedió a despedir a más de 500 trabajadores municipales de la línea más baja de salarios. Esto ocurrió horas después de que les asegurara a través de los medios que sólo despediría a funcionarios políticos de alto rango.

A las pocas semanas, los trabajadores de la cooperativa Acetato Argentina, que sostienen estoicamente una fábrica ante los embates de los tarifazos y la apertura de las importaciones, denunciaron que el intendente colaboró para que la empresa Sur Pacífico, que compró en un remate los terrenos en los que funciona la fábrica de la cooperativa con el compromiso de donarlos en menos de dos años, no cumpla con su palabra y presione a la cooperativa hasta hacerla quebrar.

El objetivo, claro está, es un negociado inmobiliario sobre el predio de dos hectáreas en una zona altamente redituable que beneficiaría a los propietarios de la empresa y al intendente por igual.

El municipio de Quilmes fue intermediario para que la empresa Sur Pacífico y la cooperativa llegaran a un acuerdo de trabajo en conjunto. No obstante, los trabajadores denuncian la falta de inversión y la intención de que la fábrica quiebre para que el terreno sea utilizado para un negocio inmobiliario debido a que la zona (Primera Junta 525) es residencial.

El municipio de Quilmes, no obstante, no pareciera estar atravesando inconvenientes financieros que justifiquen decisiones de tal calibre. Al panorama de superávit con el que cerró el año 2017, ahora se le suma un decreto del gobierno de la provincia de Buenos Aires, el 2017-903-E-GDEBA-GPBA, a partir del cual María Eugenia Vidal decidió otorgarle un subsidio por 2.500.000 millones de pesos, con el objetivo de instalar un mercado de productos agroalimentarios en el marco del programa “El Mercado en tu Barrio”. 

Hasta el momento, como suele ocurrir cada vez que recibe una denuncia, Martiniano Molina se ha llamado al silencio. Pareciera que para el mandamás de Quilmes la vida discurre acorde al slogan de cabecera del fallecido Humberto Grondona: “Todo pasa”, incluso las más duras denuncias. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Quilmes, Martiniano Molina

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