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28 de enero de 2018 | Provincia

Entrevista REALPOLITIK

Otro guiño de la defensoría a Vidal: "La provincia puede sostenerse sin los recursos de los bingos"

El defensor del Pueblo adjunto de la provincia dialogó con REALPOLITIK sobre el primer mapa virtual del juego, y alertó que la mayoría de los casinos y bingos están en las localidades más pobres. “Se puede verificar que 31 salas están ubicadas en los distritos más pobres de la provincia; tres de ellas en La Matanza y tres en Quilmes”, explicó.

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por:
Mariana Sidoti

El defensor del Pueblo adjunto de la provincia de Buenos Aires dialogó con REALPOLITIK sobre el primer mapa virtual del juego, y alertó que la mayoría de los casinos y bingos están en las localidades más pobres. “Se puede verificar que 31 salas están ubicadas en los distritos más pobres de la provincia; tres de ellas en La Matanza y tres en Quilmes”, explicó Walter Martello.

A continuación, la entrevista completa.

RP.- ¿De qué se trata este mapa virtual del juego en Buenos Aires?

Quisimos volcar en esta herramienta la posibilidad de que todo el mundo tenga acceso a la ubicación de las salas, para entender que lo que no puede ocurrir nuevamente al vencimiento de las licencias es que la oferta de juego esté concentrada en los lugares más pobres del Conurbano bonaerense.

Allí claramente se puede verificar que 31 salas están ubicadas en los distritos más pobres de la provincia; tres de ellas en La Matanza y tres en Quilmes. Esto agrava seriamente la situación social de estos lugares, habida cuenta de la enorme cantidad de dinero que mueven esos municipios. Pero a su vez, también, incrementa la posibilidad de padecer ludopatía, como se viene registrando en los últimos años.

RP.- ¿Qué opinión le merece el anuncio de la gobernadora María Eugenia Vidal sobre el cierre de tres casinos y un bingo?

Es una primera señal positiva, sobre todo la cuestión del cierre del bingo en Temperley. Porque si bien era una sala de pequeña escala -tenía solo 80 máquinas- iba a posibilitar el traslado a Puente la Noria, aquella mega-sala que se construyó hace dos años y que esperaba la habilitación a partir del traslado de la sala de Temperley. 

Allí la gobernadora entendió, creo que con buen criterio, que esto no debía suceder, y no renovó la licencia de esta sala. Esa señal debe tener pasos continuados con las próximas licencias que se venden, y justamente modificar este mapa que hemos ofrecido.

RP.- ¿Cuál es la situación de los centros de ayuda para la ludopatía?

Ahí se ha tomado una decisión que todavía no se terminó de implementar. Hasta ahora los centros son diez nada más -habría que volcar más recursos humanos y económicos a esta situación-, y se había determinado pasar la atención al ludópata a los centros comunes contra las adicciones.

Eso tiene un costado positivo, que es que cubren territorialmente más espacios, está más cerca la posibilidad de que alguien se pueda atender. Pero desde el lado profesional se formulan algunas críticas respecto de la particularidad de la adicción; la ludopatía no suele estar contenida en el abordaje de otro tipo de adicciones.

Esperamos que se especialicen más profesionales en la materia, dado que la adicción al juego es la tercera adicción en importancia después del alcohol y el cigarrillo.

RP.- Según la gobernadora, el objetivo a largo plazo es eliminar todos los casinos y bingos de la provincia. ¿Es posible? ¿Puede el estado provincial sostenerse sin esos ingresos?

Creo que sí, que se puede sostener, sobre todo sin los recursos de los bingos. Con los casinos es una cuestión diferente, creo que no es incompatible que estén ubicados en lugares de ocio y recreación. 

Lo que yo formulo es un planteo respecto a los que están ubicados que nada que ver tienen, justamente, con esta situación. El juego siempre estuvo asociado con los lugares turísticos, no con los lugares donde más jugadores existen.

Creo que esos recursos se pueden reemplazar tranquilamente. Paulatinamente se podría ir modificando el cánon: hoy por cada 100 pesos que se juegan en las máquinas tragamonedas, 5 pesos le quedan al estado, y 10 al operador privado. 

En Buenos Aires obtienen ganancias que no obtienen en ningún otro lugar del mundo. Con lo cual con modificaciones legislativas se puede ir adecuando el cánon para que el estado reciba más recursos que los que recibe la actividad privada, y de esa forma ir desalentando la posibilidad de seguir teniendo tantas salas en la provincia. Reitero: es una de las principales adicciones que se registran. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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Walter Martello

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