Tres Lomas: Cumplir años juntos, como los amores para toda la vida

En 1880 llegó la fundación del pueblo "Tres Lomas", después de la denominada “conquista del desierto”. El problema de los dominios entre la zanja nacional, más conocida como zanja de Alsina, y el meridiano V se remedió fraccionando en cinco secciones las tierras públicas, las cuales fueron cedidas por la Provincia a la Nación en concepto de reembolso por los gastos ocasionados por las campañas al desierto.

Diez años más tarde el Ferrocarril llegó a Trenque Lauquen, uno de los pueblos fundados en la línea de frontera; esto ocurría al noreste de lo que hoy es Tres Lomas, aumentando la población de origen español e italiano. Antonio Blanco, representado por José María Blanco, compró este territorio a un inglés, y una vez instaladas las vías férreas, las tierras salieron a remate público en el diario La Prensa.

Según asegura el historiador treslomense Guillermo Donari, “nuestro nacimiento como pueblo es poco romántico. No responde a la avanzada de fortines de la Zanja de Alsina, tampoco a donaciones generosas y colonizaciones planificadas de hombres progresistas”.

“Tres Lomas nació en un remate. Pensado, planificado y llevado adelante con pulcritud por el dueño de las 10.000 hectáreas "de campo flor", tal como se presentaba en la publicidad que la firma martillera hacía en los diarios de la época. Era a comienzos de 1906 y el remate sería llevado adelante en febrero de ese año. Nuestro nacimiento responde a un conflicto que comenzaba a "solucionarse", en beneficio de algunos y marginando a otros”, escribió.

Después de este remate comenzaron a llegar nuevos colonos al pueblo que se llamaría José M. Blanco, pero que por uso y costumbres se cambiaría por decreto provincial Nº 2363 del 10 de mayo de 1971 a Tres Lomas, con el que hoy es reconocido este partido. Dicho nombre se debe a las características topográficas del lugar, donde se podían observar viajando en tren, las tres grandes lomadas que se extendían en la gran planicie pampeana.

El pueblo dependió hasta 1908 de Guaminí, que era cabeza de partido. “Cuando el 7 de febrero de 1906 el martillero vendió lote a lote, ni siquiera imaginaba que cuando los pueblos se adueñan de su destino, reconocen su historia sin aniñarla y la complejizan para comprenderla, es imposible que la causa no se convierta en comunitaria. Un remate para enriquecer a uno será al mismo tiempo el nacimiento de un pueblo donde vivimos todos, sin acordarnos siquiera de la especulación originaria que nos hizo nacer”.

“Revisar nuestra historia es el mejor homenaje que podemos hacer a los miles de treslomenses que entre nosotros, o en otro lugar de la Argentina, nos sentimos parte de una causa común, al igual que los pioneros, los de la Sociedad Española, Italiana y Árabe, que ante las ausencias manifiestas supieron unirse y salir adelante. Somos hijos de nuestro íntimo deseo como treslomenses, de cumplir años todos juntos” (Donari, 2018). (www.REALPOLITIK.com.ar)

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