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2 de febrero de 2018 | Provincia

Panorama REALPOLITIK

Con una escandalosa distribución de contratos, el Tribunal de Cuentas salió ileso del efecto Triaca

A propósito del tan mentado caso protagonizado por el ministro Triaca, es válido recordar que desde hace un tiempo diversos medios dieron cuenta de un confeso caso de nepotismo en el Tribunal de Cuentas bonaerense. Con absoluta impunidad, su presidente, Eduardo Grimberg, reconoce y defiende las designaciones de familiares directos y amigos.

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A propósito del tan mentado caso protagonizado por el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, es válido recordar que desde hace un tiempo diversos medios nacionales y locales dieron cuenta de un confeso caso de nepotismo en el Honorable Tribunal de Cuentas de la provincia de Buenos Aires. Con absoluta impunidad, su presidente, Eduardo Grimberg, reconoce y defiende las designaciones de familiares directos y amigos.

Grinberg es uno de los funcionarios más antiguos de la provincia. Con 31 años de gestión, es un verdadero equilibrista. Tiene uno de los sueldos más altos del estado, gracias a lo cual percibe unos 200 mil pesos líquidos por mes, más viáticos y gastos de representación. Por otro lado, Grinberg cobra un sobresueldo que percibe por integrar la Junta Electoral, y de más está decir que ninguno de los dos sueldos está sujeto al impuesto a las ganancias. 

Llegó al Tribunal de Cuentas en 1987, durante el gobierno radical de Alejandro Armendáriz. Su cargo es inamovible según la constitución provincial, a menos que incurra en un notorio incumplimiento de la función pública. En ese caso podría ser sometido a un jury por el Senado.

Su cónyuge, Susana Klurfan, declaró ingresos por mas de 900 mil pesos netos al año en concepto de asesoría a la presidencia del HTC, suma esta hoy significativamente engrosada en virtud de los sucesivos aumentos.

En su momento, el ex gobernador Daniel Scioli designó a Sara Beatriz Liberman, “amiga de la familia” del presidente del Tribunal, con la misma categoría que su esposa. Es decir, Liberman también recibe no menos 150 mil pesos por mes. Las dos mujeres eran pocas veces vistas en el organismo, al menos hasta la publicidad de sus designaciones.

Su hijo se llama Ignacio Grinberg y desde 2010 se desempeña en la dirección de Relaciones Institucionales y Profesionales. El salario anual supera con creces los 900 mil pesos.

Ignacio Grinberg es un caso distinto: entró por concurso al Tribunal, con una categoría baja, pero rápidamente fue designado por su padre como director General de Relaciones Internacionales e Institucionales, cargo remunerado con más de 60 mil pesos y que le permite viajar asiduamente al exterior junto con su padre, el presidente del HTC. Entre bambalinas se dice que es un “funcionario con alerones”.

Una mención aparte merece el profesor o compañero de yachting de Ignacio, Diego Alejandro González Liez, quien fue designado por Scioli en el decreto 3020 como asesor del presidente. Según Grinberg, cumple tareas de computación. Aparece en las páginas del Club Náutico San Isidro en regatas junto Ignacio Grinberg.

Grinberg tiene un explicación para cada designación. “Ignacio tiene diploma de la Universidad de Columbia y excelente promedio. No puede ser un estigma ser ‘hijo de’ si sirve para una tarea”, dijo el funcionario. En su defensa, fue aún más allá: “Todos los vocales tienen nombrados a sus hijos”.

Señaló que, en su momento, tanto Héctor Grecco, vocal a cargo de la revisión de cuentas de las municipalidades, como Cecilia Fernández, a cargo de la revisión de cuentas de la administración central, hicieron entrar a sus hijas. Y que Gustavo Fernández, también vocal, le regaló un puesto en el estado a su hijo Ramiro Fernández, a cargo de la dirección de Prensa del Tribunal.

Digamos, al pasar, que esas designaciones son las mas evidentes, ya que existen varias de este tipo.

Digamos que como el ministro de Trabajo de la Nación, Jorge Triaca, Grinberg también designó a su empleada doméstica, Nélida Ruiz, en un todo de acuerdo con el decreto número 734 que ilustra esta nota. Averiguaciones hechas en el lugar de trabajo, nadie la conoce ni figura -al menos- en el sistema de control de asistencia.

Luego del resonado caso nacional que ha llevado al presidente Mauricio Macri, luego de dos años de gestión, a prohibir la designación de familiares en ese orden, la gobernadora María Eugenia Vidal -se anuncia- adoptaría una medida similar.

Debe señalarse que en 31 años de gestión, el doctor Grinberg jamás solicitó ningún tipo de licencia, a pesar de que, suponemos, se ha tomado vacaciones y no obstante los innumerables viajes al exterior realizados en ese tiempo (actualmente estaría vacacionando en su casa de Punta del Este). Así las cosas el artículo 8 de la ley 10869 determina que “si el presidente fuera inhabilitado o tuviera que ausentarse o no pudiera concurrir al Tribunal por un término mayor de ocho (8) días, lo hará saber estableciendo la causa y el término de su ausencia y solicitará a la Suprema Corte de Justicia la designación de un camarista, que lo reemplazará en el ejercicio de sus funciones. La designación deberá recaer en alguno de los miembros de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, con sede en la capital de la provincia”. 

Seguramente el viejo zorro sabrá, una vez más, salir del paso. En definitiva, muchos le deben favores y el muy astuto sabe cómo cobrarlos. Tanto personalidades de alta raigambre institucional, como la presidente de la Corte Provincia, Hilda Kogan, junto a Claudia Milanta, Eduardo Delves, Gustavo Espacarotel, Miguel Teleitchea, Gustavo Fernández y Agustín Miño, y hasta el propio ejecutivo provincial, entre otros, siguen cubriéndolo y, por seguro, lo seguirán haciendo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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