Juventud Pro: Viajes por el mundo, dobles cargos, suculentos sueldos y pocos resultados

Incluso desde la oficina de Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Nacional, admitieron recientemente que la subsecretaría de Juventud que encabeza el polémico “Piter” Robledo se encuentra en vías de extinguirse. No solo carece de una conducción clara, objetivos palpables y, en definitiva, un propósito para existir, sino que además cada aparición del subsecretario desata una ola de insultos e improperios que demuestran que el dirigente ha dejado de ser una joven promesa para transformarse en una bizarra realidad.

No es que la ministra sea ajena a las críticas. Siendo hija de Guillermo Stanley, ex presidente del Citibank en la década del 90 y actual dueño de Havanna y Fenoglio, entre otras marcas, creció acostumbrada a vivir en la mira de los periodistas y las agencias de recaudación estatales por igual. No obstante ello, incluso a ella le habrían resultado llamativas el armado del equipo de trabajo de Robledo y los respectivos salarios de cada uno.

María Lila Castillo, que recién pisa los 30 años, tiene un cargo de directora ejecutiva de la Juventud Nacional, con un sueldo neto que supera los 60 mil pesos. Es radical y su abuelo fue Aníbal Castillo, intendente de facto durante la dictadura militar del general Lanusse en 1971 y gobernador de facto en Catamarca hasta 1983. El mismo sueldo tiene Camila Crescimbeni, que apenas cumplió los 26 años y ya gana más de lo que está capacitada para gastar. Cuenta con una categoría A, con cargo de directora nacional. Lo interesante de Camila es que, además de directora nacional es concejal en Almirante Brown. Dicho en criollo, Crescimbeni cobra dos sueldos en simultáneo por tareas que debieran ser de dedicación exclusiva y, por cuestiones físicas, incompatibles. La frutilla del postre: ni siquiera vive en Almirante Brown, sino que su domicilio es en Capital Federal. Según se sabe por su propio círculo íntimo, la joven dirigente fue elegida a dedo por Carlos Regazzoni, quien se presentó como candidato a intendente aunque su domicilio real es en Recoleta. Camila cobra unos 56.778 pesos de bolsillo por mes, sin contar su “otro sueldo” como concejal.

No es María Lila Castillo la única integrante de la Juventud Pro con fuertes vinculaciones con la dictadura. Matías Plechot es, posiblemente, el primer dirigente político que, además de cobrar horas extras por montos superiores a su sueldo legal, ingresó como dato en su perfil el de ser hincha “del único grande que no se fue a la B” y ser “Riquelmista”. No se le puede pedir mucho más. Matías tiene 24 años y ya cobra unos 39.466 pesos de bolsillo por mes.

Párrafo aparte para Indalecio Jaeschke, que a pesar de ser un instagramer, no ha publicado una sola foto de su trabajo, sino que son de sí mismo mostrando los abdominales. “Inda” reviste un cargo de técnico, aunque no se sabe bien de qué, bajo las órdenes de “Piter” Robledo, y cobra horas extras por aproximadamente la mitad de su salario, y en su perfil asegura que su frase de cabecera es “Nunca amen, sólo sean amados”. El mismo día en que unos mil trabajadores jóvenes fueron despedidos en el gremio docente, “Insta” estaba en ocupado en otra cosa. Ataviado con una camisa hawaiana, inmerso en una fiesta electrónica en Punta del Este, se sacó una selfie con un musculoso amigo y escribió: “Hace unos días con Hucho en la chacra de Shakira”. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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