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13 de marzo de 2018 | Pelota dividida

Panorama REALPOLITIK

¿Quién gana en el fútbol argentino? Políticos, dirigentes y el lavado de dinero, al descubierto

Los clubes son el lugar de esparcimiento, de reunión y de formación de millones de personas en nuestro país y en el mundo. Existen todo tipo de clubes en Argentina, desde los tradicionales en los que se practica una actividad deportiva como el fútbol, basquet y rugby, hasta clubes culturales de todo tipo.

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Los clubes son el lugar de esparcimiento, de reunión y de formación de millones de personas en nuestro país y en el mundo. Existen todo tipo de clubes en Argentina, desde los tradicionales en los que se practica una actividad deportiva como el fútbol, basquet y rugby, hasta clubes culturales de todo tipo.

La mayoría de los clubes en nuestro país recibe subsidios del Estado para su funcionamiento, ya que se considera un pilar fundamental para la vida de muchas personas, y sobre todo de contención para jóvenes y personas de la tercera edad. Los subsidios van desde descuentos en los impuestos y servicios, exenciones y ayudas económicas desde diferentes entes estatales.

El deporte más popular de nuestro país es el fútbol, y desde hace varias décadas es el que más dinero mueve en la economía deportiva. Los clubes más grandes llegan a tener más de cien mil socios en su padrón, lo que se traduce en millones de pesos mensuales de cuota societaria.

Además de los ingresos por cuota social todos los clubes reciben ingresos por sponsoreo, de la mano de marcas que deciden figurar en la camiseta, pantalón, cartel o redes sociales a cambio de una suma de dinero que va a variar en base la cantidad de seguidores que tenga la institución.

El ingreso por los derechos de TV, que tiene su distribución en base a la audiencia, y que en Argentina encabezan Boca Juniors, River Plate, y en el segundo escalón aparecen Independiente, San Lorenzo, Racing e increíblente Velez Sarfield, seguidos del resto de los equipos en el tercer pelotón (reciben lo mismo Newlls, Talleres y Estudiantes que Olimpo, San Martin de San Juan y Temperley).

Otro ingreso que reciben es el de las entradas los días de partido, que no representa un gran negocio económico para los clubes ya que luego de pagar a la policía y los operarios de partidos muchas veces suelen quedar en tablas y hasta perder algo de dinero. En realidad, el negocio del día de partido es de influencia. Ya que los dirigentes pueden transformar las entradas en atenciones a personas influyentes o grupos de choque. Todos los clubes de Argentina tienen Barra bravas, que reciben una cierta cantidad de entradas los días de partido, que usan para llevar a “su gente” al tablón. Si el dirigente consigue más entradas, el barra puede llevar más gente y en esta connivencia el dirigente recibe su premio cuando en las elecciones el barra mueve un gran numero de votantes para que gane el su candidato.

Uno de los clubes que más aceitado tiene este proceso es Boca Juniors, que además de tener una barra brava, conocida como La 12, tiene jefes de peñas en todo el país. Cada uno, dependiendo la cantidad de personas que tenga su peña recibe entradas para los partidos que el Xeneise juega de local en la Bombonera. Por ejemplo, si la peña de Corrientes tiene 300 socios, el jefe de la peña recibe 15 entradas, las cuales hará rotar, para que los 300 socios puedan ver algún partido de Boca durante el campeonato, y de esta manera fidelizar a los socios de peña. Los que conocen el día a día del club de la Ribera, aseguran que con esa estructura el oficialismo no podría perder nunca más una elección, salvo que ocurra una catástrofe. Pero así como Boca, son muchos los clubes que hacen uso de estas herramientas.

De esta forma, el ingreso más significativo de los clubes se genera con la venta de un futbolista. Este proceso arranca desde las divisiones inferiores en algunos casos, aunque en otros el futbolista llega al club con edad de primera. En el segundo de los casos suele llegar a través de “grupos empresarios” que el socio desconoce y suelen llevarse cuantiosas sumas usando a los clubes como vidriera de sus “joyas”. No son pocos los dirigentes sospechados de maniobras fraudulentas con estos grupos empresarios, ya que son ellos quienes están encargados de “poner el gancho” para aceptar o rechazar a los jugadores.

La poca información que ronda en torno a los negocios que los clubes realizan con la compra-venta de jugadores es alarmante si se analiza las exuberantes sumas que se ponen en la mesa, y en este sentido el socio carece de herramientas para hacer valer su opinión.

El hincha de a pie permite que el club sea manejado a gusto y piacere de los dirigentes, mientras el primer equipo consiga buenos resultados, pero cuando estos resultados no son positivos son los primeros en pedir el cabeza primero de los entrenadores y luego de los presidentes de las instituciones.

Los dirigentes permanecen atrincherados en los despachos, con puestos de influencia que les permiten viajar por el país o el continente (según la categoría del equipo), asistir a palcos vip de recitales, recibir “regalos” de proveedores, y devolver favores mediante entradas y camisetas que manejan como propias olvidando que son patrimonio de los socios y no de ellos mismos.

Estos cuestionados pases están bajo la lupa de las oficinas anti corrupción del mundo y hasta la cuestionada FIFA ha reprendido a varios equipos de nuestro fútbol por pases sospechados por lavado de dinero. Tal es el caso de Denis Stracqualursi en su pase a San Lorenzo, Emanuel Giglioti a San Lorenzo y hasta el emblemático “jugador del pueblo” Carlos Tevez, bajo la presidencia de Mauricio Macri en el año 2004 en su pase al Corhintians de Brasil.

El “Apache” fue vendido en la suma de 16 millones de dólares, aunque en declaraciones posteriores a su concreción Macri había hablado de 19,5 millones de dólares. Luego explicó que otros 2 millones de la moneda norteamericana entraron por un convenio con la empresa MSI (Media Sport Investment) para el intercambio de juveniles y otro 1,5 millones correspondía a una suma que Tevez había cedido a las inferiores de Boca Juniors.

La transferencia se realizó en una cuenta que el Royal Bank of Canadá, Toronto, tiene en el JP Morgan Chase de Nueva York. En este negocio estuvo involucrado el empresario Britanico-Iraní Kía Joorabchian, dueño de MSI, que tiene su sede en las islas virgenes, un paraíso fiscal. Lo más llamativo de la transacción es que en el contrato se deja asentado que “todo pago extra, como las comisiones de intermediarios, sueldo del jugador, etc, serán abonados por H.A.Z. Football World Wide Limited, con sede en Gibraltar. Siempre se sospechó que esta empresa fue creada por el empresario Fernando Hidalgo y su socio (hasta el momento desconocido, pero hoy nombrado como una de las personas más influyentes del gobierno de Cambiemos) Gustavo Arribas. Lo curioso es que el nombre concuerda con los apellidos de los dos sumado al de Pinhas Zahavi, un agente FIFA Israelí.

 Al otro lado de la frontera, en Chile, el club Unión San Felipe se jacta de experto en triagular pases y evitar los impuestos que estipulan nuestras leyes. El club es dirigido por Raúl Delgado, ex secretario de Comunicaciones de Carlos Saúl Menem en su segunda presidencia, y uno de los cuestionados pases es el de Johnatan Botinelli a River Plate.

En este sentido los revisores de cuentas deberían ser puestos que ocupen personas de la oposición, y no la comisión oficialista, porque de esta manera nadie pone trabas a las irregularidades que surgen día a día y cuando se realizan los cambios de mandatos las nuevas autoridades reciben problemas irreversibles y escasa información de parte de las autoridades salientes.

Esta regulación en los clubes que tienen gran cantidad de socios y manejan cifras millonarias debería ser una disposición que impulse el poder legislativo y de esta manera intentar encausar un problema que tiene varias décadas y parece no tener solución.

Aunque si entendemos que en absolutamente todas las listas dirigenciales del futbol argentino hay representantes del poder legislativo y las maniobras fraudulentas son moneda corriente y prácticas habituales, vamos a encontrar una respuesta a la pregunta que se hacen muchos hinchas genuinos y se darán cuenta que en el deporte más seguido de nuestro país los que ganan son unos pocos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

 


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