Humor negro: El poder judicial alquiló la “clínica de la muerte” para poner una oficina de Sanidad

El caso sacudió a Bahía Blanca durante el año 2012, cuando la noticia de lo que estaba ocurriendo en el Instituto de Diagnóstico Digestivo de la calle Gorriti 371 salió a la luz. Durante semanas, numerosos pacientes de la clínica denunciaron desprolijidades y falta de higiene en los procedimientos, pero nadie hizo nada. Entre el 5 y el 10 de septiembre, 6 pacientes ingresaron para atravesar diferentes tipos de endoscopía.

Como resultado, todos resultadon infectados con una agresiva hepatitis. Mónica Graciela García Suárez falleció poco tiempo después. Gastón Piazza, Mariano Antonio Palma, Victoria Giaggiotti, Valeria Zappacosta y Mario Engraf sobrevivieron, pero con lesiones graves.

Luego de las pericias, se estableció que los médicos reutilizaban los objetos descartables y no cumplían con los protocolos de limpieza y desinfección de los aparatos endoscópicos.

Por tiempo después, cuando en todo Bahía ya la llamaban “la clínica de la muerte”, la Justicia decidió clausurarla e imputar al director Roberto Baroni, al médico Oscar Gustavo Casalini, al anestesista José Luis Calió y a la técnica radióloga Gladys Susana Rivadeo por homicidio y lesiones culposas.

Y a principios de este mes, la Justicia bonaerense decidió darle un uso al inmueble, que se trasformó en tiempo récord en una dependencia del poder judicial. Casualidades de la vida o humor negro, decidieron utilizar “la clínica de la muerte” para instalar una delegación de Sanidad. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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