Shopping en La Plata: Los millones, la Mosad y el adiós del centro comercial de la ciudad

La reunión entre los representantes de IRSA, sus asesores y los pocos empresarios platenses involucrados en el emprendimiento habría sido breve. En la misma, unos consultaron sobre la situación en el viejo casco comercial de la ciudad de La Plata y los otros respondieron con presteza. La palabra que circuló en el ambiente fue: “Conurbanización”. El término se refería, claro está, a la decadencia en la que se ha sumido la zona de los negocios cercada por las calles 8 y 9, en un sentido, y 47, 48 y 49 en el otro. 

“Todas las mejores marcas se fueron. Las que aun no lo hicieron, lo están por hacer. Muchos se fueron a la zona del Pasaje Rodrigo, otros a City Bell, pero nadie se quiere quedar en el centro”, explicó un reconocido empresario gastronómico local, que casualmente posee varios restoranes en el casco histórico. “Hay mucha inseguridad, es tierra de nadie. Hay bandas de menores de edad asaltando comercios sin que nadie pueda hacer nada”, completó un inversor platense, especialmente interesado en el rubro hotelero. 

La preocupación no apuntaba al futuro del centro comercial platense, que los especialistas consideran condenado al olvido, sino a la forma de evitar que las bandas dedicadas al hurto de locales muden sus actividades al imponente shopping que comenzará a construirse en la zona de Ringuelet. “En definitiva, la mayoría de ellos vive más cerca de ésta zona que de aquella”, explicó uno de los representantes de IRSA. 

Para la cuestión de la seguridad se habría optado por medidas extremas. “Uno de los muchachos del equipo de seguridad es un ex Grupo Halcón que se entrenó con la Mosad”, explicaron en la reunión, en referencia a la experimentada agencia de inteligencia de Israel, que en numerosas ocasiones visitó a la división especial de seguridad bonaerense. “Le pedimos que nos envíen a alguien para entrenarlos a todos”, habría asegurado. 

El siguiente tema en agenda fue la inclusión de comerciantes platenses al proyecto. A diferencia de lo que se conversó con las autoridades municipales, la cuestión fue eliminada de base. “Acá se están poniendo 130 millones de dólares, que si le sumamos los gastos diarios que vamos a insumir se nos va a 180 millones. ¿Vos te pensás que voy a poner locales platenses? Esta es gente que se dedica a ir a comprar a Flores o a La Salada y revender en locales de calle 8. Eso no va a existir acá. Acá viene Vitamina, Uma, Rapsodia, Unilever, Garbarino, y todas primeras marcas. Nada de rejunte”, afirmaron off the record desde IRSA. La manera de resolver el dilema político sería muy simple: “Les vamos a imponer un alquiler que les sea imposible pagar, pero que sea absolutamente pagable para marcas como Rapsodia o Key Biscayne. Si a uno de estos tipos le pongo un alquiler de 200 mil pesos mensuales, sale corriendo”, explicaron. El empresario gastronómico platense, que ya tiene asegurado dos lugares dentro del predio, no dudó en asentir obedientemente. 

La empresa IRSA, que lidera Eduardo Elsztain, cotiza en el Mercado de Valores y es propietaria de, entre otros emprendimientos, Alto Palermo, Abasto, Patio Bullrich, DOT, entre otros. También posee centros residenciales y hoteles, como el Sheraton y el Intercontinental. Nunca, en ninguno de sus proyectos, incluyó comerciantes locales. Así las cosas, el centro comercial platense pareciera estar transitando el lento recorrido al olvido. (www.REALPOLITIK.com.ar) 

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