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4 de abril de 2018 | Nacionales

Panorama REALPOLITIK

Al límite: Los bancos admiten preocupación por los créditos UVA y hay riesgo de crisis

Corría el año 2008 y los Estados Unidos comenzaban a sufrir el amargo sabor de la crisis financiera. Desde hacía casi una década, el país había lanzado una línea de crédito hipotecario similar a la línea UVA de Argentina, orientada a clientes de escasa solvencia y, por ende, con un nivel de riesgo de impago superior a la media.

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Corría el año 2008 y los Estados Unidos comenzaban a sufrir el amargo sabor de la crisis financiera. Desde hacía casi una década, el país había lanzado una línea de crédito hipotecario similar a la línea UVA de Argentina, orientada a clientes de escasa solvencia y, por ende, con un nivel de riesgo de impago superior a la media. En nuestro país, además, se suma una pronunciada inflación, lo que potencia aun más dicho riesgo.

En aquel entonces los bancos, temiendo no poder cobrar las cuotas en tiempo y forma, comenzaron a vender la deuda de sus clientes en el mercado a través de bonos o titularizaciones de crédito. De este modo, las transferían a fondos de inversión o al gobierno, que las compraba en forma de planes jubilatorios.

Finalmente, lo que tantos temían ocurrió. La cuota de los créditos se hizo impagable para la mayoría de los beneficiarios y tanto los bancos como el gobierno comenzaron a ejecutar y embargar a los deudores. Al mismo tiempo, los inversores en general entraron en pánico y corrieron a los bancos a retirar sus ahorros, lo que provocó que innumerables casas financieras y entidades bancarias entraran en una crisis de liquidez que llevó a muchos a la bancarrota. Para mediados del 2009, la ahora bautizada “Crisis de las Subprime” había arrastrado a 14 países a la ruina.

Casi como un ingrato reflejo, aquí en Argentina las cuotas de los créditos hipotecarios UVA comenzaron a trepar vertiginosamente y no son pocos los deudores que comienzan a ver con preocupación la posibilidad de no poder continuar pagando sus obligaciones a tiempo. Una persona que pagaba 11 mil pesos por mes en el 2017, ahora tiene que afrontar una cuota de casi 17 mil, lo que amenaza con complicar a más de una economía casera.

Incluso desde el gobierno, el principal interesado en la explotación de dicha herramienta hipotecaria, afirmaron que “el principal problema de los créditos UVA se encuentra en la tradicional carrera entre salarios e inflación”. Con las paritarias rozando el 15 por ciento en 3 cuotas y una inflación que supera ampliamente el 24 por ciento, lo lógico es que la cuota aumente bastante más de lo que lo hacen los salarios. Y las alarmas se encienden.

Estos desequilibrios entre la cuota y la inflación provocan serias distorsiones que deterioran el poder adquisitivo de todos aquellos que accedieron a este crédito. Ahora podrán tener su casa, pero el costo será altísimo. “En caso de una crisis, ojalá que se puedan comer los ladrillos, porque van a estar completamente ahogados con las cuotas”, aseguran desde el departamento de Economía Política de la UNLP.

En este escenario, los bancos argentinos decidieron lanzar al mercado las deudas de los créditos, para desprenderse del riesgo de incobrabilidad. Este ejercicio implica que, por ejemplo, si una persona saca un crédito, el banco le vende la responsabilidad de cobrarlo a un fondo de comercio o una entidad gubernamental.

Si el cliente no puede pagar y queda en situación de morosidad, ya no es problema del banco, sino de quien compró esa deuda. Como una copia exacta de la Crisis Subprime en los Estados Unidos, el que se apresta como comprador no es otro que la ANSES. Nuevamente los jubilados pagando los platos rotos.

Así las cosas, el riesgo de una crisis crece día a día y los hipotecarios UVA, que se promovieron como una solución, comienzan a parecerse demasiado a una bomba de tiempo que promete perjudicar seriamente el bolsillo de los argentinos, especialmente de aquellos que se hacen llamar los “beneficiarios” del UVA.

Puertas adentro, el sistema financiero maneja otro término para esta masa creciente: deudores. Y si los deudores no logran cumplir con sus compromisos de pago, entonces agarremos la tabla de surf que guardamos desde el 2001, porque se viene nuevamente el tsunami. (www.REALPOLITIK.com.ar)


ETIQUETAS DE ESTA NOTA

Economía, ANSES, UVA

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