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18 de diciembre de 2018 | Deportes

En los estudios de REALPOLITIK.FM

Rocky Flores: “El boxeo hoy por hoy está brillando, pero muy bajo”

El ex boxeador Rocky Flores visitó los estudios de RADIO REALPOLITIK (www.realpolitik.fm) para hablar sobre su vida como deportista, su relación con Juan Carlos “Tito” Lectoure y el boxeo en la actualidad. “Le dije que yo no podía aceptar más cosas, que quería que sea mi padrino y se quedó shockeado”,

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por:
Juan Carlos Berón

El ex boxeador Rocky Flores visitó los estudios de RADIO REALPOLITIK (www.realpolitik.fm) para hablar sobre su vida como deportista, su relación con Juan Carlos “Tito” Lectoure y el boxeo en la actualidad. “Le dije que yo no podía aceptar más cosas, que quería que sea mi padrino y se quedó shockeado. Le pedí permiso, si le gustaría, y él me pegó un abrazo que todavía siento y me dijo que sí. Salí corriendo y le conté a todo el mundo”, aseguró sobre el momento en que consiguió el apadrinamiento del empresario del boxeo.

A continuación, lo más destacado de la entrevista.

RP.- ¿Cómo fue su historia con Juan Carlos Lectoure?

Yo no lo puedo dejar de llamar padrino, porque en verdad me dio todas las alegrías, como un padre. Me acuerdo que entré al Luna Park, donde había entre 300 o 400 boxeadores, y de repente quedó todo en silencio, el único que le pegaba a la bolsa era yo. En un momento me tocan la espalda y estaba Juan Carlos “Tito” Lectoure, y me preguntó: "¿Qué andás haciendo acá vos?". Yo ya había hecho varias exhibiciones cuando era chico en Mendoza, a las cuales él iba, muchas veces a inaugurar el gimnasio, porque nosotros no teníamos uno propio, entonces cada vez que se hacía la inauguración del club él venía. Yo no sabía ni quién era, no se me venía a la mente que era lo más grande del boxeo. Le ponían hasta alfombra roja para entrar al lugar que hacíamos las peleas.

Cuando recién comencé tuve la gran  oportunidad de hacer peleas de aficionado de fondo, las cuales, al principio, ganaba por knock-out. Eso a él le quedó y una vez me dijo: "Vos sos el chico que vino hace dos años atrás e hizo un gran espectáculo", le contesté que sí, que yo era Rocky Flores, y me dijo que no deje nunca de hacer lo que me gustaba, que era el boxeo.

Cuando me toca el hombro en el Luna Park, me dice: "Tu profe me comenta siempre que le han robado al boxeador", yo le dije que no, que nadie había robado nada, que estaba solo. Cuando terminé de entrenar me llamó para que vaya a la oficina, ese fue el momento más sagrado, más bendecido por Dios. Fui como él me dijo, la oficina era hermosa, con trofeos de Galíndez, de Monzón, Locche, Bonavena, una cosa que no se me había ocurrido nunca. Ver esos trofeos, esas fotos, era algo tan emocionante, algo que nunca me hubiera imaginado que existía en mi infancia tan humilde. 

Me pidió que me siente, yo no le di la mano ni nada de eso porque era un chico muy humilde, de la calle, vendía diarios, lustraba, vendía rosas, siempre trabajando. Ahí me pide que le explique sobre mí. Le conté que tenía una hija, llamada Pamela, que hoy tiene 37 años, una mujer y que en Mendoza hacía las peleas estelares, donde venía mucha gente a verme. Que las cajas de zapatos estaban llenas de dinero, mientras que a mí me pagaban 5 pesos, un vasito de gaseosa, un choripán y me tenía que ir. Entonces, con los viajes que hice, nacionales e internacionales, me enteré que mis compañeros peleaban en Buenos Aires y ganaban 150 pesos, yo con eso comía un mes. Él me preguntó: "¿Qué pensás?". "Que en estas dos manos tengo el cinturón de campeón del mundo, ese es mi sueño", le contesté. Se puso colorado y dijo: "De ahora en más venís a entrenar acá, al Luna Park, todos los días desde José C. Paz, hasta que yo te consiga un departamento cerca". Después le pidió al secretario dos bolsones de ropa marca Adidas y me los regaló. Yo en mi vida nunca había tenido un regalo de esa magnitud. Sacó un papel, me hizo firmarlo y me dijo: "Desde este momento vas a ser el único boxeador que tenga la marca Adidas como modelo". Luego me hizo firmar otro papel, en el que Adidas me iba a pagar lo que serían hoy unos 20 mil pesos por mes, me consiguió un departamento, con las cosas que tenía que tener, para que me traiga a mi mujer y mi hija y que me quede ahí. 

Yo le dije: "Esto no puede quedar así, darme así porque sí ropa, el gimnasio, carros de mercadería", y se quedó sorprendido. "No sé qué me querés preguntar Oscar", él no me decía Rocky. Le dije que yo no podía aceptar más cosas, que quería que sea mi padrino y se quedó shockeado. Le pedí permiso, si le gustaría, y él me pegó un abrazo que todavía siento y me dijo que sí. Salí corriendo y le conté a todo el mundo. 

RP.- ¿Cómo ve hoy el boxeo argentino? ¿Las peleas de “Chino” Maidana y Maravilla Martínez, han servido para fomentar el boxeo del país?

El “Chino” Maidana tuvo la gran suerte de pelear contra el más grande de todos los boxeadores norteamericanos, como podría haber sido Cassius Clay en aquella pelea con Bonavena.

Estamos en un terreno de mucho dinero, mucha fama. En pocos segundos uno puede ser brillante o puede terminar despojado. El boxeo va sumando, porque había bajado mucho desde que mi padrino “Tito” Lectoure hizo el Luna Park. Lo que sí veo es que hoy no respetan tanto al boxeador como lo hacia él, en el sentido de que Lectoure se encargaba mucho de la vida económica del boxeador, cosa que no hacen hoy los promotores. Bonavena llegó a tener cerca de setenta departamentos, porque la cabecilla de todo esto era Lectoure, para que el día de mañana no se quedara en la calle; lo mismo hizo con Carlos MonzónHoracio Acavallo, y a otros muchos los ayudó él, como lo hizo conmigo, que no pude ser campeón del mundo pero pude llegar a tener mi departamento, mis comodidades, que me las dio él, como un padre. 

El boxeo hoy por hoy está brillando, pero muy bajo, y pienso que a veces es porque el semillero queda descuidado. Es como cuando vos tenés unos animales y no les das de comer, enflaquecen y no tienen esa potencia, esa fuerza de vivir. Me parece que por ahí viene el problema. Tendríamos que cuidar más a los alumnos, a los pupilos y darles más contención.

RP.- ¿Cómo es el cambio de pasar de no tener nada a tenerlo todo?

A mí me tocó vivirlo, pero, ¿quién vio a un hijo de algún presidente o de alguien bien parado económicamente salir campeón del mundo? Llegan los que tienen hambre, no cualquiera. Si no tenés hambre no vas a llegar, porque no te vas a dejar golpear porque sí. Al principio no ganamos nada más que aplausos, y eso te llena de satisfacción el corazón, pero no la panza. Ahí es donde está lo que le pasa al “Chino” Maidana, por ejemplo. Él dice: "Ya con este dinero que tengo no quiero pelear más, me cansé de no ir a los cumpleaños de mi hija, mi mamá, mi esposa, casamientos, perderme navidades, todo lo que viene, no poder ir porque tengo que estar en otro país cuidándome".

Uno naturalmente, cuando está bien con lo que han hecho, no se haría dejar pegar. Ya tienen el pan de cada día asegurado para toda la vida, no les interesa pelear más. 

Muchas veces tampoco podés gozar de una buena comida porque al otro día te tienen que pasar para la pelea. El peso es algo muy importante para un boxeador, es muy importante cuidarse. Es el rival más fuerte que hay, que no habla, es la balanza la que te gana a veces, no la pelea.

RP.- Hay un gran negocio alrededor del boxeo, tanto en los medios, como en apuestas y demás. ¿Cómo ve esto?

Es un engaño. Las apuestas son impresionantes. Por ejemplo, Conor McGregor y Floyd Mayweather nunca hubieran podido pelear, porque nada que ver una federación con la otra. Fue una burla para toda la comunidad, que es algo tonta, porque cómo van a pagar una tarifa para ver algo que es un show más que una pelea.  

RP.- ¿Cómo vivió su vida después del accidente?

Después de que me pasó lo del accidente empecé a mirar otras cosas, como para no tirarme al abandono. Gracias a Dios tuve a mi padrino “Tito” Lectoure y a mi tía Ernestina, que siempre estuvieron apoyándome, porque en verdad no tenía ganas de vivir. Tenía todo, la juventud, 187 peleas, hice 9 peleas profesionales y gané todas, entonces, teniendo todo para lograr ese millón de dólares, de los que siempre me preguntaban “¿qué vas a hacer cuando ganes los ganes?”, y yo ni siquiera sabía que existían los dólares, sólo sabía de los pesos argentinos, que en esa época creo que eran australes. Yo tenía todo y pasé a no tener nada. Me dio una gran impotencia, pero Dios me habrá encomendado otras cosas, ahora estoy más cerca de la iglesia, la gente más necesitada, apoyando.

A mí me falta la mano, un oído y casi pierdo una pierna y la sigo luchando, peleándola. Un día Dios me dijo: "Salí a vivir la vida", agarré la mochila y hace unos seis meses lo hice, me tiré a vivir la vida y salí a buscar el éxito, ayudando a la gente que realmente lo necesita, estando en todos los lugares donde me quieran convocar. La vida es maravillosa y no hay que dejarse tirar al suelo por el qué dirán.  Siempre estoy para lo que necesiten, todo lo que sea sumar voy. También voy a estar en el programa de Marcelo Tinelli, bailando, como él lo ha pedido. (www.REALPOLITIK.com.ar)

 

 

*La entrevista se realizó en el marco del programa La Resistencia que se transmite de los viernes de 16.00 a 17.00 por RADIO REALPOLITIK.


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