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2 de enero de 2019 | Legislativas

El acoso como extorsión

Lo peor de la política, como amenaza de la causa más justa

En las últimas semanas el ambiente artístico, político, periodístico y la sociedad toda se han visto conmocionadas por la irrupción, en la agenda pública, de algunas denuncias judiciales de abuso y acoso, ocurridas en diferentes ámbitos y momentos. 

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La llegada de este tema al mundo de la política, generó estupor, indignación y una sensación de que el tema escalaría hacia todo los ámbitos y niveles. 

Lo que nadie esperó fue la intención de utilizar como herramienta política, una causa tan noble e históricamente postergada. Es que una vez más ciertos sectores de la política argentina, parecen querer llevarse puesto, inclusive, una causa en la que no debería haber grieta.

En las últimas semanas fuentes judiciales bonaerenses dejaron trascender, en estricta reserva, que en una fiscalía de La Plata se habría realizado una presentación judicial, por parte de una persona cercana a un legislador provincial, quien habría aportado documentación en la que recibía, siempre según las mismas fuentes, “pedidos de dinero a cambio de evitar futuras denuncias contra legisladores, sin distinción de partidos políticos”.

La presentación y el tenor de la documentación presentada encendió alarmas en la Justicia, que agudizó los mecanismos de investigación frente a cualquier denuncia que pudiese aparecer en relación a este tema.

“Hemos recibido información de todo tipo. Algunas en el marco de una presentación formal, otras de manera extraoficial. Desde elementos concretos que, a priori, podrían constituir herramientas de una extorsión, hasta versiones de que alguien tendría conocimiento de que hay una supuesta lista con montos que una persona cobraría, según a qué funcionario se denuncie. Tenemos que ser serios, cuidadosos y sólo dar entidad a las presentaciones o denuncias formales”, concluyó la misma fuente.

Entre presentaciones formales y transcendidos informales, lo peor de la política argentina parece querer atentar esta vez contra una causa que une a la sociedad como pocas veces se recuerda. Una causa cuya nobleza debería ser el limite que frene cualquier utilización maliciosa, movilizada por intereses personales. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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