Polémica por los costosos viajes de una funcionaria de ARBA

Ubicada a más de 3.000 kilómetros de la costa de Chile, esta isla caracterizada por las enormes esculturas talladas por sus habitantes, los llamados Moais, fue el destino elegido para pasar sus segundas vacaciones internacionales del año 2018 por María Florencia Cavallaro, abogada y gerenta de Asuntos Jurídicos Tributarios y Catastrales de ARBA.

Cavallaro, al parecer no se ve amedrentada por la caótica devaluación de la moneda argentina frente al dólar que tuvo lugar en el último año, sino que por el contrario comenzó el 2018 viajando con su familia a Río de Janeiro y cerró el año con otro viaje internacional a la polinesia.

Sin el más mínimo pudor por la crisis económica que atraviesa el país, esta señora que cuenta con ingresos que superan los 100 mil pesos mensuales, provenientes de los aberrantes impuestos que los bonaerenses pagan a lo largo del año, se regocija exhibiendo su oligárquica vida de lujos en la que priman los viajes internacionales a destinos como Machu Pichu, Estados Unidos y España, entre otros.

Queda en la memoria de los bonaerenses cuando a solo horas de asumir su mandato, la gobernadora María Eugenia Vidal aumentó los impuestos provinciales por DNU, los primeros aumentos de una larga lista en los que la mandataria hizo de ARBA su herramienta de hostigamiento a la clase media.

Y mientras los bonaerenses clase media ven sus vidas diezmadas por la suba desmedida e ilimitada de los impuestos provinciales, en la vereda opuesta, los jerarcas de la actual gestión gozan de los beneficios de una abultada recaudación, que lejos está de ser utilizada para mejorarle la calidad de vida a los habitantes sino en fomentar el poder adquisitivo de los propios recaudadores.

No es de extrañar que la gerente María Florencia Cavallaro, perteneciente a una ola de paracaidistas a la hora de recibir cargos de la nada, eligiera para sus vacaciones una isla repleta de gigantescas caras de piedra.

No hace falta aclarar que, pese a su oportunista cargo de gerente, Cavallaro no deja de ser una empleada pública y no una ejecutiva empresarial, aunque a la vista de su foto posando junto al Ahu Tongariki, una plataforma con varios Moais en las cercanías de Anakena, una de las playas de aguas templadas y exuberantes del mundo, hacen que cualquier hijo de vecino se pregunte si es justo que los opresivos impuestos que bonaerenses sirvan para fomentar la vida de placeres de unos pocos. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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