Sesiones ordinarias: Con discursos lavados, los intendentes de Cambiemos omitieron hablar de economía

Desde Bahía Blanca a San Nicolás, los responsables de los ejecutivos locales eligieron -o fueron encomendados a evitar- no mencionar a la crisis de cara al año electoral. Ni la economía, ni la pobreza, ni la desocupación fueron ejes principales de los discursos que se oyeron en los recintos oficialistas. Apremiados por la preocupante situación que se vive en el Conurbano y también en el interior bonaerense, las palabras parecieron ser parte de una ceguera profunda.

El duranbarbismo se expresó en su máxima expresión en este 1 de marzo. El negacionismo como expresión más pertinente de la evasión de una actualidad que golpea fuerte a los sectores menos privilegiados reinó en una jornada plagada de cinismo lingüístico.

La observación miope de los intendentes oficialistas pareciera ir en consonancia con la licuación de su capital electoral. En ese marco, intendentes como Héctor Gay se encolumnaron en la idea de irracionalizar el futuro sufragio y cargarlo de emoción.

Elevaciones de voz, temas pocos importantes para la ciudadanía y cuestiones que hacen al make up de la política, reinaron en el día de ayer. “Prestamos especial atención a los sectores más vulnerables de la ciudad, en la convicción de que llegar a esos barrios con obras es una forma de dignificar a los que menos tienen”, soltó el intendente de Bahía Blanca desentendiéndose de que los más vulnerables hoy piden comida, no obras.

Por otro lado, desde Olavarría, el intendente Ezequiel Galli fue por el camino del ordenamiento urbano -cuestión que es preponderante en la política local-, el transporte y la salud. “Hemos modernizado equipamiento y tecnología, aumentado el número de domos y cámaras inalámbricas en distintos puntos de la ciudad, de botones antipánico para instituciones y víctimas de violencia familiar, vehículos y capacitaciones del personal”, refirió sobre el sistema de seguridad de prevención el joven jefe comunal sin siquiera mencionar la emergencia laboral en la que está inserta la comuna.

En esa misma línea, el intendente capitalino Julio Garro en un discurso outlet que duró menos de una hora destacó el avance de obras, la construcción de caminos, la cuestionada inversión en luces led y el impulso del sistema de emergencias. Sin embargo, no tuvo tapujos para apuntar a EDELAP y solicitarle un plan de obras. En este sentido, la duración de la alocución hizo que queden varios temas afuera y las incomodidades de la economía fueron surfeadas fácilmente.

Desde San Nicolás, el converso Manuel Passaglia hizo lo propio con un recorrido por las obras realizada en los barrios, pero sin dar ni una sola pista de los despidos de varias industrias emplazadas en la localidad ni de la situación económica acuciante que viven los vecinos del distrito que gobierna.

Por el Conurbano, Nicolás Ducoté desde Pilar puso el foco en el futuro que si bien parece negro se encargó de pintarlo con un buen rush y bastante rímel. En el eje en la salud dijo: “Este año tendremos la gran satisfacción de inaugurar nuestro nuevo hospital materno infantil: una obra que estamos realizando con un gran esfuerzo de toda la comunidad y que va a permitir que miles de mamás tengan a sus hijos en mejores condiciones”.

Finalmente, otro intendente que sorprendió en la imposibilidad de reconocer el mal momento que está viviendo el país junto con las localidades bonaerenses, fue el ex marido de María Eugenia Vidal, Ramiro Tagliaferro. Luego de finalizar su alocución, expresó que muchos de los concejales que no asistieron a la sesión inaugural sostienen que Venezuela vive en democracia, animándose a patear la pelota de responsabilidades por encima de las gradas. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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