Avellaneda: Más de trescientos puntos de venta de droga y mil narcos protegidos

A partir de estas aguas tan oscuras, REALPOLITIK inició una investigación sobre el narcotráfico en Avellaneda y zonas aledañas, para lo cual se entrevistaron a vecinos, personal policial bonaerense y federal, y algunos miembros de la Justicia y la procuración de la provincia.

Sumado a otras informaciones disponibles desde hace algún tiempo, se pudo determinar un complejo territorio, delimitado por las avenidas B. Mitre, H. Yrigoyen, Crisólogo Larralde, Anatole France y Mujeres Argentinas, las cuales, sumadas a algunas locaciones cercanas a Dock Sud, Sarandí y Gerly - Pyñeiro, suman más de 450 manzanas. Aunque parezca asombroso, se pudieron constatar con distintas recorridas, más de trescientos puntos de venta de drogas, con no menos de mil traficantes operativos. Sin dudas estas cifras, en términos estadísticos, constituyen una muestra y no el universo completo de “quioscos” de estupefacientes: conforme nuestra experiencia estimamos que pueden representar solo entre 30 y 40 por ciento del total. Pero lo más preocupante además es que nuestras fuentes plantean la protección de los narcos de parte de policías provinciales y también de federales, cuestión que puede arrojar alguna luz sobre el falso tiroteo o, mejor dicho, el muy posible homicidio del comisario Martín. De esta manera, conviene detallar algunos de los lugares de venta de drogas más representativos, ordenados por sus cercanías con las distintas fuerzas policiales.

En H. Yrigoyen 1385 se ubica la delegación Avellaneda de la Federal. A metros de la misma en la esquina del 1400, en cercanías de una parrilla, pudimos observar el accionar de varios vendedores ambulantes, tanto de día como de noche. En la misma avenida constatamos a transas en las paradas de colectivos a la altura del 1100, en la estación de servicio del 1071 y a la altura del 990 frente a otros dos restoranes. Estos últimos lugares además, se localizan a unos 500 metros de la comisaría 2 Piñeyro de la calle Giribone 495, situada a espaldas de la estación Kosteki - Santillán (ex Avellaneda). Según una de nuestras fuentes: “En Avellaneda operan cinco o seis brigadas fantasmas de federales, haciendo base muchas veces en la delegación, a pesar que los efectivos están asignados a  superintendencias de Interior y Delitos Complejos o de Drogas Peligrosas”. Nuestro interlocutor nos recuerda: “El actual jefe de la fuerza estuvo al frente de ambas superintendencias en forma simultánea y su mayor experiencia la tuvo en la de Drogas, años antes que destruyera la fuerza entregando las comisarías a Larreta”.

También se realizan ventas de sustancias, por la entrada de la estación de trenes y por la vereda de enfrente de Yrigoyen al 300 y al 200 en cercanías de varios bares y comederos y eventualmente en su interior. Es decir, a algo de más de 100 metros de la jefatura distrital de la Bonaerense, ubicada en la calle Colón altura 167. Lo cual casi no nos asombra, ya que vimos a traficantes vendiendo, casi frente a la misma jefatura por el Nro. 152 y en la esquina de Colón y Maipú. Por la forma de hablar, sin dudas se trataba de ciudadanos peruanos.

Pero tal vez el mayor aquelarre narco se sitúa a 200 metros de dicha jefatura, por las calles Asunción -de solo algo más de 100 metros y con cinco puntos de venta- y en la calle Monseñor de Andrea. Se vende en la plazoleta de la intersección de ambas calles y además en los 200 metros de De Andrea, desde Yrigoyen hasta calle España, tramo en el cual hay no menos de diez fincas ocupadas en forma ilegal o irregular, por traficantes y todo tipo de delincuentes, mayoritariamente ciudadanos peruanos. Tales conceptos pueden aplicarse a varias “cuevas” ubicadas en las inmediaciones por las calles Mariano Acosta y España. Una de nuestras fuentes policiales asevera: “Mucho cuidado al pasar por esas cuadras, es un territorio peruano de unas ocho manzanas y desde hace más de quince años hay ahí tiroteos con heridos y algunos muertos; muchos delincuentes peruanos, siempre llevan cuchillos o revólveres calibre 22, son detenidos y al rato son liberados por orden de jueces o fiscales”. Según una de nuestras fuentes, algunos de los delincuentes tienen incluso pedidos de captura de Interpol (claves rojas) solicitados desde la hermana República de Perú. Estamos en presencia de pequeñas bandas, de manera que podemos imaginarnos las cosas que pueden hacer bandas más grandes o un cartel de drogas.

También se pudieron observar a traficantes en las inmediaciones del Bingo Avellaneda, avenida Mitre al 200, y cruzando dicha avenida por las torres Pueyrredón, por los edificios y en inmediaciones de una remiseria. Ambos puntos se encuentran a 200 y 300 metros respectivamente de la jefatura distrital.

La comisaría 1 Avellaneda se ubica en Lavalle 158, es decir a unos 500 metros del territorio peruano mencionado y a 300 metros del hospital Fiorito. También constatamos las ventas de sustancias en la avenida Belgrano al 800 y 900, en la mano de enfrente del hospital y en el lateral por la calle Italia. Vimos a decenas de traficantes en operaciones durante la noche y la madrugada, en las inmediaciones de los estadios de Racing e Independiente, por las calles Colón en las esquinas de las calles Bochini, Corbatta y Alsina, como también en inmediaciones de las torres ubicadas en Alsina y por los monoblocks del barrio Obrero.

En lo que respecta a las inmediaciones del falso enfrentamiento, pudimos ver a varios transas vendiendo por el barrio 4 de Junio, como también frente al shopping por avenida Güemes altura al 800, en las paradas de colectivos, a metros de la sede municipal del Nro. 835. También vimos ventas en Güemes en la plazoleta de esquina Eva Perón, y a la altura del 650 por una parrilla. Otros vendedores operan a unos metros de esta, en las torres ubicadas en la calle Roasenda a la altura del 1300.

Tanto de día como por la noche, pueden verse a simple vista a transas ambulantes por avenida Mitre entre las alturas 500 y 1000 (una de las madrugadas se constataron a cinco transas vendiendo en plaza Alsina). Otra decena de transas operan por Crucecita, es decir en avenida Mitre 1300 al 1500 de ambas veredas, ya en dirección a Sarandí. También se realizan ventas de sustancias por Mitre al 2100, y por la calle Iriarte a unos metros de los juzgados ubicados a la altura del Nro. 142. Los transas no le hacen asco a nada: se los puede ver vendiendo cerca del polo judicial de Avellaneda, ubicado en avenida Mitre 2615 (en los cuales por ejemplo trabaja el benemérito y valiente juez Luis Carzoglio). Otros traficantes suelen vender en Mitre alturas 2700 y 2800 de ambas veredas, por las paradas de colectivos, en cercanías de las esquinas con la calle Mujeres Argentinas, ya en jurisdicción de comisaría 4 Sarandí. Al decir de nuestra fuente: “En avenida Mitre se puede observar a un cardumen de narcos en espera de sus compradores”.

Otra de nuestras fuentes policiales con gran conocimiento del tema nos comentó: “Los transas peruanos de Monseñor de Andrea, compran los ladrillos de un kilo de merca a sus paisanos de la villa 1-11-14 y siempre tienen una ‘ruta liberada’ para esos viajes: toman  Yrigoyen, doblan en Rivadavia, luego Gorriti y Pienovi, cruzando el puente Victorino De la Plaza, siguen por Vélez Sarsfield hasta Iguazú, doblan atravesando villa Zavaleta, agarran Perito Moreno derecho hasta Riestra, doblan, estacionan a unos metros, e ingresan a las manzanas 21, 22 o 23; el kilo que producen sus paisanos ex senderistas con una pureza de más de 90 por ciento, les cuesta 15 mil dólares y los de De Andrea lo cortan y estiran produciendo 3 kilos o más y armando sus dosis de paco, con solo 1 por ciento de cocaína y el resto con basuras; incluso si se les termina la marihuana paraguaya, los ex senderistas también se la venden, ya que les sigue llegando de Formosa o Corrientes a pesar del chamuyo de la ministra Patricia Bullrich” (sic). Preguntado sobre quiénes les venden una “ruta liberada” a los narcos, nuestra fuente afirmó: “El corte de boleto -o sea coima en lenguaje policial- tiene que pasar por la distrital, la 1 y la 2 de los bonaerenses, más las cuatro comisarías de la ciudad por las que pasa la falopa, y sin dudas los federales también mojan el pan en la sopa, porque nadie va a pasarles con la droga por las caras”.

El lector se preguntará si pueden existir cuatrocientas cincuenta manzanas, con al menos trescientos puntos de venta de drogas y unos mil traficantes, operando solamente con protección policial. La experiencia indica que la protección tiene necesariamente que implicar, tanto a juzgados y fiscalías como a la conducción política: han existido sobre esos trescientos puntos de venta, todo tipo de denuncias realizadas por los vecinos, y por supuesto todas fueron a parar a vía muerta. 

Está claro que la Policía Bonaerense sigue siendo independiente. No sabemos si el intendente peronista Jorge Ferraresi padece algún mal en su vista y desconoce todas estas cuestiones. Pero al igual que las autoridades políticas y el gobierno bonaerense, no pueden resultar ciegas ante tanto descalabro. Tanto un sector de la provincia como el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta pasarán a la historia, porque en sus gestiones el narcotráfico se ha incrementado salvajemente en el orden del 70 por ciento. (www.REALPOLITIK.com.ar)

(*) Jorge Rodríguez fue asesor del ministerio de Seguridad de la Nación. Es autor del libro "Laboratorios de cocaína en la ciudad de Buenos Aires".

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