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15 de junio de 2019 | Séptimo Arte

Entrevista REALPOLITIK

Mira Furlan, de Lost: “En el mundo está pasando lo que le pasó a Yugoslavia en los 90”

La actriz que se hizo mundialmente conocida gracias a su papel en Lost, habló con REALPOLITIK sobre la guerra que dividió al país eslavo y no sólo la obligó a exiliarse sino que también dinamitó su carrera.

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por:
Federico Carestia

Mientras ocupa su tiempo intentando escribir un libro con sus memorias y desarrolla algunas películas independientes con su marido, Mira Furlan repasa los treinta años que lleva en los Estados Unidos con cierta nostalgia. A principios de los 90, cuando el conflicto bélico estalló en Yugoslavia, ella disfrutaba de un gran pasar artístico, siendo una de las grandes actrices de la región europea.

Con más de cuarenta películas, incluido un papel en "Papá está en viaje de negocios" de Emir Kusturica -cinta que no sólo ganó la Palma de Oro en Cannes sino que también estuvo nominada en los Globos de Oro y en los Óscar-, Furlan tuvo que dejar todo atrás y escaparse con una VISA turística a los Estados Unidos. “Siento como si hubiera tenido varias vidas, la primera fue en un país que ya no existe. Era una figura pública, algo complejo en tiempos de crisis, porque sentí la responsabilidad de decir algo y hablé públicamente contra la guerra, contra el nacionalismo y eso me trajo problemas, hasta amenazas de muerte. Me echaron del teatro en donde era la actriz principal”, explicó.

Atrás quedó esa carrera en la que hasta tuvo una película en Argentina dirigida por Juan Bautista Stagnaro, y fue el momento de adaptarse. “Tuve que interrumpir mi vida, empezar de cero, sin conexiones, fue muy difícil”, sostuvo la actriz.

RP.- ¿Cómo hiciste para acomodar tu vida?

Llegó Babylon 5 y me cambió la vida. Fue una de esas cosas que no pasan tan seguido, que suceden justo en el momento en el que las necesitás. Más allá de poder actuar y encontrar mi identidad en este nuevo ambiente, ser aceptada, respetada, escuchada, hizo posible que me quedara. Ahora sí puedo afirmar que esta es mi casa, aunque como cada inmigrante te puede decir, cuando emigrás perdés esa idea de lo que es una casa estable. La idea de hogar es algo que fluye, tu casa es donde estás y te sentís bien.

RP.- ¿Qué tan complejo fue adaptarse al idioma?

Fue un gran cambio, un lenguaje diferente. Ser un actor está muy conectado con el lenguaje, es tu medio de producción principal. Cuando llegué, hablaba bien inglés, pero hasta el día de hoy y para siempre me van a considerar una “actriz con acento”. Es como querer correr profesionalmente y al mismo tiempo cortarte las piernas. Es mucho más difícil, estoy al tanto de eso, siempre lo estuve, algo que pasa cuando interrumpís tu vida, o tu vida se interrumpe como me pasó a mí, con algo que no podés controlar, como una guerra. Hay cosas que pasan más allá de tus deseos y tus planes, perdés mucho, casi que la mitad de lo que sos.

RP.- ¿Sentís que la diversidad está bien representada en el rubro actoral? ¿O pensás que estás condenada a ser la actriz extranjera para siempre?

Totalmente, esa diversidad también incluye a las mujeres, que son más en el mundo pero así y todo se consideran una minoría. Como minoría extranjera, mujer y ahora también vieja, pertenezco a todos esos nichos de gente que no están representados. No creo que haya aceptación de las diferencias. Es muy depresivo. Es muy agotador, es una lucha muy compleja.

RP.- En la ciencia ficción no suele haber nacionalidades, ¿es el mejor lugar para explotar eso?

¡Sí! Cuando llegué me dieron el lugar en Babylon 5 y fue un gran papel. Querían que mi personaje no tuviera género, cambiaron mi voz mecánicamente y me pusieron lentes de contacto, me maquillaron con latex, y eso fue lo que hice en el piloto. Ahí pensé que mi carrera se había terminado. Ahora, en retrospectiva, estoy feliz y relajada por tener un trabajo. La ciencia ficción es un lugar en el que las diferencias son aceptadas, siempre podemos ser extraterrestres de otros planetas.

RP.- ¿Qué recuerdos tenés de tu trabajo con Kusturica?

Fueron los tiempos felices, antes de que todo se volviera oscuro y la gente cambiara tanto. Mis memorias, lamentablemente, están manchadas por lo que pasó después. Fue la última gran película de Yugoslavia antes de que colapsara, con un cast completo de ese país; había una protagonista de Belgrado, actrices de Bosnia.

Es difícil hablar de eso sin considerar lo que pasó después. Pensé que todos estábamos en contra del nacionalismo, pero la guerra me demostró que no, que la gente tenía otros puntos de vista y eso es algo muy difícil de aceptar. Mis puntos de vista son muy distintos a los de Emir que era mi amigo, nunca lo hubiera sospechado.

Estos eventos radicales muestran cómo es la gente y tenés que aceptarlo. Como pasa en Estados Unidos ahora. Creías conocer el país y de repente todo cambia y no sabés dónde vivís. En mi opinión, lo que pasó en Yugoslavia en los 90, ahora le está pasando a todo el mundo. Eso es algo deprimente. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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