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14 de febrero de 2020 | Nacionales

Golpe de timón

El gobierno cambia de estrategia y muestra los dientes en la renegociación de la deuda

Los gestos políticos ya se hicieron. Alberto visitó a Netanyahu, aceptó la invitación de la reunión con Jair Bolsonaro en la asunción de Lacalle Pou, y cientos de veces él y su gabinete reafirmaron su voluntad de pago, “en la medida de las posibilidades del país”. 

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por:
Alberto Lettieri

Sin embargo, frente a los gestos de buena voluntad los acreedores parecen volverse más voraces. De la política de buena vecindad, que se mantiene, parece haber llegado la hora de mostrar los dientes. 

Hace algunas horas, en la Cámara de Diputados, el ministro de Economía Martín Guzmán anticipó un endurecimiento de la posición argentina. Hay voluntad de pago, pero no a cualquier costo, y mucho menos con una agenda impuesta por los acreedores. Lo dijo con claridad, ante propios y extraños. Sobre todo, ante quienes fueron responsables del endeudamiento de Cambiemos, omitiendo al Congreso Nacional.

El fin de semana pasado, desde Cuba, Cristina lanzó la propuesta de la quita al capital: “Yo me pregunto, cuando dicen ‘no, no se puede hacer una quita al capital del FMI porque su estatuto prohíbe hacer quitas’. ¿Pero cómo que el estatuto del FMI prohíbe hacer quitas? También prohíbe que se den préstamos para permitir fugar el dinero. ¿Y por qué vamos a hacer valer una prohibición y la otra no?”.

El vocero del FMI Gerry Rice salió a responder que no hubo violación de la reglas del FMI cuando le prestó a la Argentina en 2018 más de 44.000 millones de dólares, lo que mereció una contestación contundente de la vicepresidenta argentina:  “Los argentinos sabemos leer”, le enrostró al FMI. E inmediatamente replicó en su cuenta de Twitter el texto del estatuto de la entidad -que fue ignorado mientras duró el entendimiento entre Christine Lagarde y el gobierno de Mauricio Macri-, subrayando en amarillo la cuestión en debate: “Ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital”.

Al ser consultado sobre la discusión entre Cristina y el FMI, el presidente Alberto Fernández salió a respaldar a su vice. Tras asegurar que la Argentina “no esta mal con el FMI”, consideró que el argumento de Cristina es "muy pertinente". "Lo que dijo Cristina es absolutamente consciente. Lo que yo quisiera y lo estamos logrando es tener un diálogo sensato con el FMI".

"La Argentina está con una situación económica caótica”, recordó, una vez más el primer mandatario. Pero -concluyó- "ya sabemos cómo tenemos que pararnos en la cancha".

Con distinta intensidad discursiva, las intervenciones de Alberto y Cristina y del titular de Economía coinciden en que llegó la hora de endurecer la posición de nuestro país frente al tema de la deuda. Por si fuera poco, también salió a dar su opinión Máximo Kirchner, quien tampoco se guardó nada. “Hoy leía al vocero del FMI, Gerry Rice, quien señaló que no hubo violación de las reglas del FMI cuando le prestó a la Argentina en 2018 más de 44.000 millones de dólares”.

“Vamos a leer, porque por ahí piensa que los argentinos y argentinas no sabemos leer, qué dice el estatuto del FMI en su artículo 6. Dice: ‘Salvo en el caso previsto en la sección 2 de este artículo, ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital, la llamada fuga de capitales’”, afirmó sin vueltas.

Cuando ya todo parecía dicho, Máximo lanzó una nueva andanada sobre el organismo de crédito internacional: “Le recomiendo a Gerry que vea que después de los préstamos que le iban dando a la Argentina mientras financiaban la campaña de Macri, en abril del año pasado, las reservas en un momento tras esos préstamos eran de 77.000 millones de dólares y cuatro meses después esas reservas se habían ido a 44.000 y después a 33.000. Si eso no fue violar este artículo del fondo, debería explicarles a los argentinos y argentinas qué sería violarlo”.

Y concluyó: “Háganse cargo que financiaron la campaña de Macri".

Tal como lo señaló Alberto Fernández, la situación económica del país es caótica y no parece que los acreedores sientan algún tipo de compadecimiento, sino que muy por el contrario, actúan dispuestos a llevarse la parte del león en el reparto. 

El gobierno argentino parece haber llegado a esta conclusión y empezó a dar las primeras señales de cambio en su posicionamiento, comenzando con la iniciativa de crear una “comisión Investigadora de la Deuda Externa”. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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