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El mercado internacional tuvo una reacción inicialmente favorable ante la oferta del ministro Guzmán, con suba promedio de los bonos de un 8 por ciento y caída de 500 puntos del riesgo país. Pero en nuestro país los tenedores de bonos operaron fuertemente para tumbarla.
Si bien la oferta argentina presentada por el ministro Martín Guzmán fue caracterizada por la mayoría de los actores políticos y económicos en el plano local e internacional como "agresiva", no dejó de sorprender a los tenedores externos, que esperaban una propuesta mucho menos conveniente. En general se valoró de que sería una proposición cumplible, capaz de acotar la incertidumbre de los mercados, aguijoneada al máximo por las consecuencias económicas del COVID-19.
Esta evaluación positiva se comprueba en la evalución de los precios de los bonos soberanos argentinos, que experimentaron una subida promedio del 8 por ciento, registrándose las mayores alzas en los de vencimiento más próximo.
También el indicador del riesgo país, elaborado por la banca JP Morgan, experimentó una significativa baja del 12,5 por ciento hasta alcanzar los 3847 puntos básicos.
De todos modos, no pueden hacerse aún evaluaciones definitivas, ya que los mercados quedaron a la espera de información detallada sobre la propuesta, y también sobre la reacción de los tenedores de esos títulos.
En opinión de los especialistas, la propuesta no es buena desde la perspectiva de los tenedores, pero esto podría compensarse por la coyuntura especial que generó el COVID-19. Factores tales como la previsibilidad y la capacidad efectiva de cumplimiento se han convertido en variables mucho más valoradas en el contexto financiero internacional.
El anuncio del gobierno nacional tuvo el mérito de haber llegado en el momento y en las circunstancias adecuadas, y puso fin a la incertidumbre que existía sobre cuál sería la decisión final argentina sobre la alternativa de entrar en default.
Según informó el ministro Guzmán, la “propuesta es más una reducción de intereses que de capital. Reducción de 3.600 millones dólares, quita de 5,4 por ciento del stock de deuda externa y reducción de interés de 37.900 millones de dólares, que es del 62 por ciento”.
Debe considerarse que, habida cuenta de las tasas de interés exorbitantes ofrecidas por el gobierno de Cambiemos al momento de endeudarse, aún con la reducción de intereses ofrecida por el ministro de Economía, la deuda argentina continuaría siendo una de las más lucrativas para el mercado financiero internacional.
Los analistas destacan además que, si bien se trata de una reducción de intereses “agresiva”, es muy inferior a la sugerencia realizada por el FMI, que recomendó una quita de entre 55.000 y 85.000 dólares.
Queda por saberse la letra fina de la propuesta de Guzmán, que será revelada en los próximos días, al momento de su envío para la aprobación de la Securities & Exchange Commision (SEC), que regula el mercado norteamericano.
La buena recepción inicial en el mercado internacional de la oferta argentina contrastó con la reacción en el plano local, donde los tenedores de bonos reaccionaron de manera llamativamente crítica. El multimedia Clarín -uno de los principales acreedores locales- tituló en su portada: “La advertencia de Guzmán a los bonistas y la decisión que podría terminar en otro default de la Argentina”, en tanto que, desde hace varios días, se realizan operaciones financieras para elevar la cotización de los dólares alternativos por encima de los 110 pesos por unidad.
Por otro lado, el mexicano Gerardo Rodríguez, director Ejecutivo de Blackrock, un fondo de inversión muy próximo al ex funcionario macrista “Toto” Caputo, amenazó al ministro Guzmán en términos inaceptables: “Yo no sé si ustedes tienen en claro con quiénes se están metiendo. Nosotros tenemos espalda y podemos sentarnos a esperar a negociar con otro gobierno que entienda a los mercados. Como los entendía el gobierno anterior, por ejemplo”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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