Trasladó 1000 kilómetros a su hermano muerto y no lo dejan entrar en el cementario

“Acá estamos con mi hermano. No lo podemos enterrar”, llora Magalí en el video al que tuvo acceso este medio, mientras toca la pared de la ambulancia que tiene el féretro con Edgar David Rojas, un joven de 29 años encontrado muerto en el río del pueblo Suncho Corral. Había ido a visitar a su mamá y quedó atrapado con las medidas de restricción impuestas por el gobierno en el marco de la pandemia del COVID-19.

Edgar y su mamá esperaban el levantamiento de la cuarentena para poder volver a su vivienda en el partido de Lomas de Zamora. El jueves por la mañana Edgar decidió ir a pescar al río. Pasada algunas horas y el joven no aparecía. Llegada la noche se hizo la denuncia policial. Horas más tarde fue encontrado en el río, aparentemente ahogado. En un clima de dolor, la madre se tuvo que hacer cargo de los trámites y contratar un servicio de cochería para que lo traslade al cementerio lomense y darle sepultura. 

Ayer por la tarde el cuerpo de Edgar partió rumbo a Lomas de Zamora. Lo trasladó la cochería Itatí del pueblo de Añatuya. Un servicio que costó 120 mil pesos.

“Nos trasladaron el cuerpo de mi hermano sin certificado de defunción. Hicieron todo ilegalmente en la provincia de Santiago del Estero, nos mandaron a mi hermano sin nada y acá no le podemos dar entierro”, dice Magalí. “Necesito que nos ayuden. Estamos en la puerta del cementerio, queremos que mi hermano tengo su entierro. La gente de Santiago del Estero nos chantajeó porque mi hermano tenía que tener todos los papeles. Abusaron del dolor de mi madre que estaba sola”, se lamenta. 

Magalí, junto algunos familiares y amigos, estuvieron todo el día esperando respuestas. Según contó, ni el fiscal ni la comisaría del distrito quiere hacerse cargo de un caso tan complejo. Sin acta de defunción, no hay manera de saber las causales de muerte y sin permiso de traslado tampoco se puede dar entierro a una persona que murió en otro lugar. No hubo autopsia. El cuerpo de Edgar viajó 1000 kilómetros. Nadie los detuvo. Cuando llegaron al cementerio de Lomas de Zamora nadie esperaba el cuerpo del muchacho porque la cochería no había avisado del traslado.

“En la comisaría séptima de Centenario nos dijeron que no podían hacer nada y estamos esperando respuesta del intendente (Martín Insaurralde), alguien que nos dé una mano para poder sepultar a mi hermano. Por favor ayúndennos”, ruegan.

Promediando la tarde, Magalí permanecía, junto a su hermano muerto, en la puerta del cementerio esperando alguna respuesta. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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