Nacionales
Arduas negociaciones
Con la inflación en la mira, los gremios se aprestan a unas paritarias complicadas con el gobierno
Durante el 2020, la enorme mayoría de los gremios cerró acuerdos a la baja, disminuyendo la capacidad adquisitiva de sus trabajadores. El gobierno, agobiado por el dólar y vencimientos de deuda, anhela un gran acuerdo marco que le permita respirar durante el 2021.
En líneas generales, el grueso de las consultoras privadas marca una aceleración inflacionaria en el último trimestre del 2020, que se acentuaría durante los próximos meses. Entre las causas, las más señaladas fueron la emisión descontrolada de pesos por parte del gobierno de Alberto Fernández y un elevado nivel de incertidumbre global.
Si bien durante gran parte del año la inflación fluctuó alrededor del 2 por ciento mensual, este fenómeno ocurrió por la recesión en la que la economía nacional se envolvió a partir de la instauración de la cuarentena. Ya con los comercios comenzando una tímida reapertura, para los últimos meses la inflación aumentó, oscilando entre el 3 y el 4 por ciento cada treinta días.
En este contexto, estudios privados estiman que la capacidad adquisitiva real de los argentinos cayó un 25 por ciento en promedio, incluyendo algunos estudios que ubican la caída en torno al 30 por ciento. Esto se dio porque prácticamente la enorme mayoría de las paritarias cerraron sus negociaciones a la baja.
En líneas generales, el rubro metalúrgico y el molinero, con aumentos del 39 y el 37 por ciento respectivamente, fueron unos de los pocos que lograron cerrar acuerdos por encima de la inflación 2020. Cerca quedó la UOCRA, con una recomposición del 33 por ciento en dos tramos, los trabajadores de la alimentación, con 32 por ciento, y de los bancos públicos y privados con el 32. El resto, incluyendo gremios fuertes como el Sindicato de Camioneros de Hugo Moyano, se quedó en el 30 por ciento, sufriendo así una pérdida de poder adquisitivo en sus trabajadores de al menos un 5 por ciento.
Se descarta que numerosos gremios vayan por la revancha. Sin embargo, el gobierno no alcanzó aún un repunte significativo de la actividad económica, continúa sin poder controlar la escalada del dólar y la brecha con el oficial y comenzó a diseñar las primeras estrategias de cara a lo que será un año muy severo en materia de vencimientos de deuda.
En este escenario, las autoridades nacionales esperan un gesto de buena voluntad de parte de los sindicatos, que pudiera estar enmarcado en un gran acuerdo general, como ocurrió en casos contados durante el 2020. A las negociaciones que comenzaron a ocurrir hay que sumarle, además, la situación de algunos rubros que salieron particularmente golpeados por los efectos de la cuarentena. Entre ellos, especialmente el gastronómico y el hotelero.
Para los dueños de hoteles y restaurantes, los últimos once meses fueron un verdadero calvario. A puertas cerradas, sin facturación y con grandes plantillas de personal a quienes no pudieron despedir o suspender, reclamaron a gritos un auxilio de parte del gobierno. El presidente Alberto Fernández respondió con el ATP y ciertas líneas de crédito, pero aún resta mucho trabajo por hacer, especialmente de cara a una segunda ola de coronavirus que podría traer aparejado un nuevo parate en la actividad económica. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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