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13 de enero de 2021 | CABA

Pensando en las elecciones

Los pibes como botín de la política del Pro en la CABA

El gobierno del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, insiste en iniciar las clases el 17 de febrero, aunque no estén dadas las condiciones mínimas para el retorno.

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La presencialidad escolar, desde hace tiempo, se ha convertido en un tema central de la campaña electoral 2021. El Pro la ha tomado como bandera, más allá de que no estén dadas las condiciones mínimas para garantizar el cuidado de nuestros niños. Es el mismo Pro que convocaba a las marchas anticuarentena negando la pandemia, luego levantó el discurso antivacuna y ahora se queja porque la llegada de las dosis se demora.

El cinismo ha sido siempre la clave del éxito mediático del Pro, y no va a abandonarlo ahora. Primero trató de confrontar a los docentes con la sociedad a través de las intervenciones de la ministra Soledad Acuña –discípula de Erick Priebke-, que presentaban a los docentes como vagos, fracasados y de orígenes sociales humildes. Pero el descrédito había comenzado mucho antes, a través de la desinversión, el sistemático ataque contra los ingresos de los docentes, la clausura de establecimientos educativos para tratar de destinarlo a la venta y la generación de ingresos para la gestión y la falta de mantenimiento de la infraestructura. También esa desinversión se tradujo en la endémica falta de vacantes para los niños porteños, y se remató con el fallo del Tribunal Superior de Justicia porteño que dictaminó que debe presentarse un certificado de pobreza para acceder a la educación pública, en sintonía con las directivas de la gestión de Rodríguez Larreta.

No estuvieron ausentes tampoco las iniciativas para cerrar los institutos de formación docente, para reemplazarlos por la UNICABA, una institución cuyo rasgo más saliente es la pretensión de generar una manipulación ideológica sobre los futuros docentes. Tampoco las denuncias habituales sobre supuestas “bajadas de línea” contra la gestión por parte de sindicatos educativos y docentes. “Bajadas de línea” que, por el contrario, son constantes a través de los funcionarios porteños, la ministra de educación de la CABA y los medios “amigos”, aunque en estos casos no generen ningún tipo de objeción.

La estrategia de enfrentar a docentes con padres de los niños en edad escolar impulsada por la gestión Rodríguez Larreta continuará este viernes, en la sede del ministerio de Educación porteño, adonde fueron convocados los gremios docentes para discutir las condiciones para el regreso a las aulas. Los sindicatos ya adelantaron que plantearán también sus reclamos sobre infraestructura escolar, retraso en sus salarios y advierten que el regreso dependerá de cómo esté la situación sanitaria.

La fecha fijada para el inicio de las clases por la gestión es el 17 de febrero, y la cita a los sindicatos en la sede del ministerio en el barrio 31 de Retiro, "forma parte de un proceso participativo para hablar con especialistas, organizaciones no gubernamentales, docentes, padres y alumnos sobre lo que dejó el 2020 y los desafíos de 2021", señalaron desde la gestión.

"Hoy estamos proyectando un inicio de clases con la mayor presencialidad posible. Queremos al 100 por ciento de los chicos en las escuelas", subrayaron, al tiempo que se aclararon que los docentes "se irán vacunando a medida que lleguen las dosis, pero tanto desde la Ciudad como desde el ministerio nacional siempre se dijo que la vacunación no era un requisito para volver a las aulas".

Con clases y sin vacuna, con docentes precarizados e infraestructuras deficientes, sin garantizar las condiciones mínimas para evitar los contagios. La síntesis de la estrategia educativa del Pro.

Los docentes advirtieron, por su parte, que la vuelta a clases dependerá de cómo esté la situación sanitaria en ese momento. “El año pasado rechazamos la vuelta a la presencialidad con una cantidad de casos similar a la que hay ahora", recordó Mariana Scayola, secretaria General del sindicato ADEMYS. "Por un lado se rechazó el proceso de las burbujas que se había planteado, pero además hay cuestiones como el reclamo de más personal docente, más auxiliares de limpieza para acondicionar las aulas y garantizar la adecuada ventilación en clases superpobladas", agregó. Para concluir: "Para pensar en una vuelta a clases hay que discutir los salarios, ya que en 2020 quedamos 15 puntos debajo de la inflación, y es un proceso que se viene dando desde hace años. Pedimos una recuperación salarial en la cual el salario esté vinculado a la inflación y no tengamos que ver cómo llegamos a fin de mes".

Scayola afirmó que "hay que prepararse para una modalidad presencial o dual, tener los equipos y la conectividad", ya que “es improbable que se pueda vacunar a todos de acá al 17 de febrero. Los maestros nos presentamos el 8 (de febrero), esa semana haremos asambleas y veremos los pasos a seguir", anticipó.

Desde UTE-CTERA hubo coincidencias con estas declaraciones, y se levantan reparos al inicio de clases al indicar que el país atraviesa "una situación sanitaria muy crítica" por el aumento de casos de coronavirus.

Angélica Graciano, secretaria General de UTE-CTERA, denunció además que "no hay ningún planteo serio ni responsable ni de planificación, no hay nada. Las clases pueden empezar el 17 de febrero, lo que no sabemos es si va a haber presencialidad, porque lo que está en discusión es si hay condiciones sanitarias y de infraestructura y materiales como para hacer algún tipo de presencialidad", advirtió.

También denunció que "no hay ningún planteo serio ni responsable ni de planificación, no hay nada, hay solamente anuncios marketineros desde diciembre y desde el comienzo de este año que proponen este tipo de consignas, pero no hay trabajo de planificación que involucre a los actores del sistema educativo".

"Nosotros decimos que hay que esperar los resultados de algunas de las restricciones que se pusieron en práctica ahora ante el aumento de casos", concluyó Graciano. Una actitud razonable, muy distinta de la de la gestión de Rodríguez Larreta, interesada exclusivamente en garantizar un buen resultado electoral para mantener el control del “maxiquioso” porteño. Aunque la salud y la vida de niños y docentes deba ponerse en riesgo. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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