Una maniobra del IOMA pone nuevamente en jaque la libre elección de los médicos

El Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA) de la provincia de Buenos Aires se lanzó de lleno a la batalla que lo enfrenta al gremio de los médicos y que promete terminar con la libre elección de los profesionales de la salud. Desde su llegada, Homero Giles ha llevado adelante una polémica gestión, que no se ha librado de críticas por parte de los colegios profesionales.

En efecto, Giles fue acusado por agrupaciones y hasta por los mismos afiliados de su obra social de desviar fondos que debieran ir dirigidos hacia mejores prestaciones o a poner al día las cuantiosas deudas que el instituto mantiene con prestadores y colegios profesionales. A pesar de ello, el titular del IOMA se embarcó en proyectos de dudosa realización, como la concesión del hospital vaciado “Gabriela Carriquiriborde” en Témperley o el fallido Centro de Atención de La Plata.

Desde que Homero Giles asumió como presidente de la entidad estatal, el gobierno provincial intenta imponer un cambio polémico y sustancial en el sistema prestacional: actualmente cada afiliado elige libremente a su médico, pero la gestión de Kicillof pretende que sea la propia entidad asistencial la que decida con quién y en dónde se debe atender cada paciente. Se trata de una nueva escalada en un conflicto sin fin que el IOMA libró contra los médicos, con los afiliados como rehenes.

En este contexto, Giles lanzó una nueva iniciativa, que ofrece a los médicos trabajar en forma directa como prestador del IOMA, sin intermediación de las agremiaciones. Para ello, sólo hace falta postularse a través de un cuestionario.

Según la documentación presentada en su sitio web, el instituto ofrece una facturación 100 por ciento directa al IOMA, con teleconsultas, recetas electrónicas y turnos online. A la vez, ofrece el mismo servicio para consultorios, ofreciéndoles la posibilidad de ser parte de la Red de Policonsultorios del organismo.

La iniciativa busca debilitar aún más a los gremios que defienden la actividad del médico, a las que ya está ahogando financieramente, y obtener el control absoluto de la elección de los profesionales, quitándole ese derecho a los afiliados. Actualmente, la forma de cobertura del IOMA permite que el afiliado elija con quién atenderse para que luego la obra social pueda abonar al profesional sus honorarios correspondientes, que son presentados a través de la AMP, que oficia de entidad intermedia.

En contrapartida, la propuesta de Giles, el polémico amigo de Kicillof formado académicamente en Cuba, busca “pamizar” el organismo, comprando clínicas propias, sin dar a conocer millonarias inversiones, en donde los afiliados se verán forzados a ser atendidos por los médicos que se encuentren en el lugar, sin la posibilidad de optar por su profesional de cabecera. Esto representaría una disminución en la calidad de atención, que incluye además la obvia posibilidad de demoras. En dicho caso, el IOMA impondría el valor de las prestaciones y las condiciones de las mismas y el médico perdería el poder de representación y negociación que al día de hoy es realizado por la AMP. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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