
Cultura
El teatro, que depende del ministerio de Cultura de la Nación, actualmente bajo la gestión del cineasta Tristán Bauer, incurrió en llamativos gastos. Críticas y cuestionamientos a la gestión de un teatro cuyo funcionamiento, en plena segunda ola, resultó en polémica.
El país comenzó a transitar, durante los últimos días, el calvario de la segunda ola por coronavirus, que amenaza con sumergir al país en otro período de aislamiento que resultaría fatal para la economía y la actividad productiva nacional. En medio, la gestión de Alberto Fernández se enfrenta a una de las peores crisis de deuda de los últimos tiempos, con vencimientos que superan en mucho las capacidades de pago argentinas.
En medio de este escenario, entre apocalíptico y preocupante, el único teatro nacional del país, el Cervantes, se despachó con una insólita licitación que promete desembolsar una verdadera fortuna en concepto de remises para sus trabajadores. La decisión resulta aún más llamativa si se tiene en cuenta que, en vistas al desarrollo de la situación sanitaria, el teatro ni siquiera abra sus puertas al público durante meses.
El proceso de compra, aprobado por la cartera de Tristán Bauer, es el 17-0001-LPR21, cuyo objeto es la “contratación de un servicio de alquiler de vehículos con chofer”, que en la práctica se traduce como un servicio de remises.
En la compulsa resultó ganadora la empresa Red 24 SRL, por un monto total de 11.252.800 pesos por sólo seis meses de trabajo, lo que promedia un gasto de más de 1.8 millones de pesos mensuales en remises, para un teatro con poca o nula actividad. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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