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En abril de 1961, Johnny Tedesco publicaba un simple con el hit "Vuelve primavera", aunque al otro lado grabaría la primera canción de rock en Argentina cinco años antes del hit de Los Gatos.
En algunas "mesas" se sigue discutiendo lo mismo: ¿la canción fundacional del rock argentino fue "Rebelde", de Los Beatniks, o "La balsa", de Los Gatos? Una salió en el invierno de 1966, la otra un año después, y la diferencia entre ambas básicamente reside en su rendimiento comercial: Los Beatniks no vendieron más que 200 copias de su simple y al poco tiempo se separaron, mientras que el pequeño vinilo de Los Gatos fue todo un suceso comercial y al instante empezaron a aparecer otros artistas (Almendra, Vox Dei, Manal, la primera formación de Los Abuelos de la Nada).
Durante décadas ese debate irresuelto parecía despojarle al rock argentino de su Partida de Nacimiento. ¿Cuál fue la fecha en la que éste "nació"? Con el tiempo, otras voces comenzaron a aparecer para ampliar el campo visual de esa discusión. Y darla vuelta: antes de Los Beatniks y Los Gatos hubo otros experimentos argentinos en el campo del rock que obligan entonces a entender que no hay un día y horario de creación, sino que fue un proceso de eventos y situaciones sucedidas durante al menos una década.
Con el éxito de "Rock around the clock" (el primer hit radial del rock en Estados Unidos) aún presente, Bill Halley vino a Argentina en 1957 y a partir de entonces inoculó un interés doméstico sobre ese género musical que hacía bailar y divertir a los jóvenes de clase media de aquella sociedad de posguerra. El contexto local era completamente diferente: acababa de ser derrocado el gobierno de Perón y la proclamada Revolución Libertadora sumía al país en una Dictadura.
El control sobre las producciones musicales que se grababan y comercializaban asfixió al tango y al folclore, ambos de notable expansión durante el primer peronismo y representantes de los sectores más populares. Se llegó a prohibir el uso del lunfardo en las radios y a la vez se estimulaba la exhibición de películas norteamericanas con sonido, en detrimento del cine mudo argentino que normalmente era musicalizado por músicos de tango.
El rock, entonces, llegó a Argentina en un momento especial: derrocado el peronismo y acorralados el tango y el folclore, esa música que nació en Estados Unidos y se nutrió en Inglaterra entraba al país con toda potencia para el consumo de jóvenes de clase media, en detrimento de las clases populares que se identificaban con los dos géneros anteriormente citados.
La propia visita de Bill Halley en Argentina le dio visibilidad al artista local que fue su telonero: un tal Mr Rock y sus Rockeros. No era otro que Eddie Pequenino. Esto significa que diez años antes de "La balsa" ya había alguien en estas pampas decodificando aquello que habían popularizado tanto Halley como Elvis Presley.
A pesar de no haber rendido comercialmente (y, por lo tanto, perder el apoyo de la compañía discográfica para grabar un disco de larga duración), el aporte de Los Beatniks con aquel simple de 1966 fue indudablemente valioso: "Rebelde" (y "No finjas más", en el lado B) marcaron, cuanto menos, un punto de referencia a la hora de vislumbrar los artistas que llegar a entrar a un estudio para posterizar su obra.
Pero antes que "Rebelde" y "La balsa", hubo otra canción de rock que tiene más derecho (si le interesa a su autor, claro) arrogarse la estampita del génesis. La primera canción escrita en español y compuesta por un argentino que suena a rock es una que se explica desde su propio nombre: Johnny Tedesco grabó el "Rock del Tom Tom" en abril de 1961 y, de ese hecho, se están cumpliendo sesenta años.
Poco antes de cumplir 17 años, Johnny ya llevaba un recorrido por la televisión y tenía una variopinta influencia musical a partir de su familia (una abuela le enseñó a tocar la guitarra, su mamá cantaba boleros, su papá y un tío, tango, mientras que otro era folclorista). A todo eso, él le sumó la fascinación por Elvis Presley.
Pero, a diferencia de otros casos, Tedesco no fue a golpear las puertas de una discográfica, sino que la propia RCA acudió a la suya. O casi: le dejaron un mensaje en la casa de su abuela para que fuera a una audición en los estudios del centro porteño. Allí, Johnny mostró algunas canciones de Elvis en inglés que gustaron, aunque le preguntaron si no tenía algo en español. Entonces hizo el "Rock del Tom Tom", una creación propia. La discográfica le propone grabarla junto a "Vuelve primavera", un tema del grupo mexicano Blue Cats que Tedesco conocía.
"Vuelve primavera" fue el éxito de ese simple que le abrió a Johnny Tedesco la puerta a grabar nuevas canciones, salir de gira, llegar a Estados Unidos e incluso convertirse en un consumo de culto en partes de España. Además era parte de otros programas (El Club del Clan fue el más importante) y participaba en películas. Pero estaba en el lado B de ese simple otra riqueza: el "Rock del Tom Tom" se convirtió en el primer hito discográfico del rock argentino entendido como tal; es decir, como un género musical foráneo pero trasculturado y releído bajo la lengua local.
Así como Sandro fue una especie de polea entre esa primera década de rock en Argentina (es cierto que Tedesco fue una excepción entre artistas que versionaban el rock en inglés) y la que surgió a partir de Beatniks y Gatos (donde ya se impone la idea de hacer canciones propias), el propio Johnny también supo dar el salto generacional y pasar de un estadio al otro. Y lo hizo relacionándose con músicos importantes de esa nueva ola, como Los Gatos o Manal (a quienes invitó a grabar en discos propios de finales de los '60) y reversionando canciones de protesta.
Si bien en cierto punto Tedesco representaba un "producto" que los nuevos rockeros miraban con desdén (El Club del Clan), también él mismo mostró voluntad de experimentar esa nueva forma de entender al rock. Un cambio de paradigma que se procesó en el Atlántico Norte y que él leyó muy bien en su momento: "Cuando Estados Unidos comenzó a hacer a un costado el rock and roll, el rhythm and blues groso de la primera época y el western swing, aparecieron Los Beatles experimentando con temas de Chuck Berry, Little Richard o Carl Perkins. ¡Inglaterra le terminó vendiendo el rock and roll a los Estados Unidos! Es como que estos tipos metieron todo en una batidora con una actitud nueva, una impronta propia... ¡y le fueron a vender agua al océano!". Agua que traspasó meridianos y llegó a Argentina para convertirse en una de las expresiones de la cultura popular más importantes de la actualidad. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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