Tensión en el Frente de Todos por el rechazo de Cristina Kirchner a Victoria Tolosa Paz

Cuando restan unas pocas horas para el cierre de listas de cara a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 12 de septiembre próximo, los ánimos parecieran estar cada día más caldeados en el seno del Frente de Todos. El terreno de batalla no es otro que el de la provincia de Buenos Aires, electoralmente la más importante del país.

Las negociaciones en torno al primer puesto en la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia que actualmente comanda Axel Kicillof parecieran haber entrado en un callejón sin salida. A grandes rasgos, son cuatro los protagonistas que se sientan en la mesa chica de decisiones: el presidente Alberto Fernández, la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, su hijo el legislador Máximo Kirchner y el propio gobernador bonaerense, Axel Kicillof.

El presidente, ataviado con su investidura pero desnudo de poder real, lleva las de perder. La candidata que trajo a la mesa de negociaciones, Victoria Tolosa Paz, fue rechazada de plano por CFK. No es una cuestión personal, sino netamente electoral. Cristina cree que una candidata que viene de ser derrotada en las internas peronistas de la ciudad de La Plata y que carece del conocimiento popular que debiera tener en su propio territorio, no es la candidata ideal para el primer puesto.

Existe, además, una cuestión estratégica que posiciona a Alberto Fernández y a Cristina Kirchner en una incómoda negociación. La vicepresidente no está dispuesta a ceder espacios de poder al albertismo y por ello rechazó a la esposa de Enrique “Pepe” Albistur. El presidente, del otro lado de la mesa, entiende que cada espacio vacío es ocupado inmediatamente por un allegado a CFK y eso lo vacía de poder. Ya le pasó con la ex ministra María Eugenia Bielsa, quien políticamente respondía a él y a su partida fue reemplazada por un cristinista puro, el ex intendente Jorge Ferraresi.

La propuesta de Cristina Kirchner representa una jugada maestra. Quiere que Santiago Cafiero, actual jefe de Gabinete nacional, encabece la lista a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. La jugada, de salir bien, dejaría un puesto clave libre y preparado para ser ocupado por un alfil propio, vaciando aún más el poder del presidente Fernández, quien ya anticipó la jugada y se negó a dejar ir a Cafiero.

En el medio, casi como un niño tratando de emitir una opinión en medio de la pelea de sus padres, el gobernador Axel Kicillof propuso a su propio jefe de Gabinete, Carlos Bianco, quien fue aceptado sin mayores negociaciones y, de confirmarse su candidatura, ocuparía algún lugar en la lista, pero difícilmente entre los dos o tres primeros.

Mientras tanto, otro efecto no anticipado corre como reguera de pólvora entre numerosos dirigentes del espacio. Prácticamente ninguno de los que ostentan cargos ejecutivos está dispuesto a marcharse al Congreso. Si la “jefa” lo ordena, se resignarán a un espacio en la lista, pero sólo si la ex presidenta lo pide expresamente. Mientras tanto, no abundan los voluntarios. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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