
Municipales
Charles B. Wessler, productor histórico de los hermanos Farrelly, contó cómo fue que nació esta comedia de la década del 90 que consagró a Jim Carrey y Jeff Daniels. Además, habló de la particular escena en el baño.
En la década del 90, Jim Carrey y Jeff Daniels se consagraron como comediantes gracias a Tonto y Retonto. La película dirigida por Peter Farrelly a partir de un guion escrito junto a su hermano, Bobby Farrelly, y su amigo Bennett Yellin se erigió como uno de los lanzamientos que más lejos llegaron en términos de humor en el último cuarto de siglo, a partir de chistes escatológicos y reacciones completamente absurdas de dos personajes que claramente vivían en otro plano de la realidad.
Cuenta la leyenda que, para escribir este libreto, el trio de guionistas se basó en algunos de sus amigos. Yellin supo decir que para darle forma a los personajes tomaron "las características más idiotas" de las personas que conocían y con las que charlaban a diario. Así nacieron Harry y Lloyd, interpretados por Jeff Daniels y Jim Carrey, respectivamente. Con un presupuesto de 17 millones de dólares (bastante escueto si se lo compara con una mega producción como la reciente The Batman que costó 285 millones de dólares), recaudó más de 243 millones en todo el mundo.
Y aunque hoy cualquiera podría pensar que hacer esta película se caía de maduro y que nadie en su sano juicio la rechazaría, parece que el recorrido no fue nada sencillo. Así lo contó el productor Charles Wessler, en una entrevista con REALPOLITIK: "Cuando hicieron el guion para Tonto y Retonto, nadie quería hacerlo. Lo rechazaron todos. Pasamos tres años rogándole a la gente que lo reconsiderara una y otra vez. A la gente no le gustaba el guion, lo odiaban. Solía recibir cartas horribles, no teníamos emails, te respondían en una carta con el guion. No solo no lo querían, no querían el guion físico. 'Llevátelo". Literalmente, me decían: 'Dios mío, Charlie, ¿por qué me enviás esta mierda?'".
Fue tal el rechazo que, por un tiempo, tanto los Farrelly como Wessler estuvieron a punto de tirar la toalla. "Se volvió un disparo en el hombro, otro en el pecho... Por tres me sentí horrible. Lo que hicimos... Para mí era graciosísimo, no pensamos que no lo era. Con Peter Farrelly, a excepción de algún momento en el que decíamos, 'a la mierda, no quiero que me maltraten más. Necesito hacer dinero, no pasa nada, necesito dinero y voy a tener que ir a trabajar a un McDonald's'", contó. Pero la perseverancia que los caracterizó les hizo no perder las fuerzas, y seguir insistiendo.
"Le cambiamos el título. Porque en ese entonces, cuando volvías a enviarlo, se lo daban a los asistentes que los leían en el departamento creativo. Allí tenían un pedazo de papel que contaba todo lo que decía el guion. Lo cambiamos a 'Una herramienta de trabajo no es un juguete', lo cambiamos a 'Camino al Oeste'. Y la gente seguía odiándolo, más allá de cómo lo llamáramos", aseguró entre risas. Con el tiempo, esa insistencia les dio la razón, cuando apareció New Line Cinema. "Eventualmente, convencimos al estudio New Line Cinema si... Por cierto, no lo querían, creo que se hartaron de que Peter y yo los llamáramos", reveló el productor.
¿Cómo fue el acuerdo con el estudio? "Nos dijeron: 'Pueden hacer la película si consiguen al menos dos de estos actores como equipo'. Dos actores de una lista de veinte, y todos dijeron eventualmente que no. Nunca llegamos a negociar, simplemente no les gustaba el guion y dijeron que no", explicó Wessler. Con el paso de los años, para el productor fue un alivio que ninguno hubiera aceptado: "Había nombres malísimos, no tengo la lista conmigo, pasó muchísimo tiempo. Creeme, la lista no era una locura. Algunos estaban bien, pero la mayoría no. Si mirás atrás en el tiempo, podés pensar, 'Dios, esquivamos una bala por no conseguirlos. Gracias a Dios'".
Entonces, entró en escena Jim Carrey. "New Line Cinema nos contó que estaban trabajando en una película llamada La Máscara, la estaban rodando y les gustaba mucho la actuación de Jim". Según recordó Wessler, desde el estudio les dijeron: "Nos gusta este tipo, pero nunca lo vimos hacer otra cosa que no sea televisión". Entonces, sin dudarlo, los tres responsables de Tonto y Retonto lo contactaron y de inmediato dijo que sí. "Eventualmente reunimos todo. Fue una batalla. Luchamos por Jeff Daniels, conseguimos a Jeff y se hizo. Por suerte fue un éxito, le gustó a la gente, y a la gente le sigue gustando", señaló Wessler.
LA FAMOSA ESCENA DEL BAÑO EN TONTO Y RETONTO
Una de las escenas más famosas es, sin lugar a dudas, la secuencia en la que Harry termina encerrado en un baño completamente descompuesto. Es, tal vez, una de las escenas más escatológicas en la carrera de los Farrelly (junto con la secuencia del gel de pelo de Loco por Mary, claro) y no fue sencillo hacerla. De acuerdo a Yellin, el representante de Jim Carrey se espantó al ver cómo la rodaban y les imploró que la quitaran de la película. Sin embargo, nunca sucedió.
"Esa escena es muy importante. Es clave. Me parece muy graciosa", aseguró Wessler. Así, procedió a justificarla: "Por cierto, no fue que dijimos, 'necesitamos una escena con caca', no se trataba de eso. El chiste era que su amigo le había dado laxante, para que cague mucho. Está en una situación horrible, con la chica de sus sueños y él se está tirando pedos por todos lados. Eso nos hizo reír... y lo visual. Él también estaba muy nervioso por hacer esa escena. Vaciamos todo el set para que estuviera cómodo para hacer todo ese comportamiento físico, recordá que no hay sonido. Solo es él fingiendo tener diarrea". (www.REALPOLITIK.com.ar)
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS