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26 de mayo de 2022 | Nacionales

Desconfianza

Desde el comienzo de la pandemia, aumentaron un 168 por ciento los depósitos de corto plazo

Mientras el crecimiento sostenido e incontrolado de la inflación favorece a los plazos fijos de 90, 120 y 180 días con variables de ajuste, la inestabilidad protagonizada por la crisis política y las medidas de Martín Guzmán alientan a inversiones de corto plazo.

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Fue una tarea compartida. La irrupción de la pandemia pareciera haber enfrentado a la gente con su propia sensación de finitud, y el gobierno de Alberto Fernández la enfrentó con la incertidumbre de una economía que cruje bajo el peso de sus propios desaciertos.

Esta situación, unida a la escalada de medidas tendientes a la suba de interés de los plazos fijos en pesos, provocó que la población comience a volcarse a depósitos de escaso monto, a corto plazo. En este sentido, de acuerdo a un informe de la analista de datos económicos Melisa Murialdo, la constitución de plazos fijos aumentó, en lo que va de la pandemia, un 107 por ciento.

De la totalidad de estos instrumentos concertados con instituciones bancarias, la enorme mayoría se constituyen en moneda local. Tanto, que mientras los plazos fijos en dólares aumentaron un 20 por ciento, los que se llevan a cabo en pesos crecieron más de 130 por ciento.

De acuerdo al gráfico de composición de los depósitos en efectivo, más del 42 por ciento de las inversiones bancarias elegidas por los argentinos para guardar su dinero están compuestas por depósitos a plazo fijo, mientras que el resto se divide entre cajas de ahorros, cuentas corrientes y otras inversiones.

En este sentido, resulta llamativo el bajo interés en inversiones de plazo fijo ajustables por inflación, máxime si se tiene en cuenta el escalonado incremento de precios que pareciera aumentar sin límites. Sin embargo, el principal problema de estos instrumentos financieros es el tiempo. Por ejemplo, los plazos fijos ajustables por inflación tienen un plazo mínimo de 90 días, mientras la mayoría de los argentinos prefieren inversiones de 30 a 60 días como máximo.

Esto conlleva un problema en sí mismo para el gobierno nacional. Los depósitos a largo plazo son primordiales para el financiamiento de la inversión productiva en una economía. En total, la participación de los depósitos a largo plazo disminuyó un 37 por ciento desde el 2019.

De este modo, la baja performance del equipo de Economía y Hacienda del gobierno de Alberto Fernández, que actualmente se encuentra liderado por el economista Martín Guzmán, pareciera una vez más atentar contra su propia suerte. La inestabilidad y la imposibilidad de poder proyectar inversiones a largo plazo impulsa a los argentinos a la constitución de plazos fijos a 30 y 60 días, lo que impacta en poco y nada al mercado nacional. (www.REALPOLITIK.com.ar)  


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