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Se trata de un trabajo del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires (IDESBA), donde analizaron la evolución de la economía nacional y de la provincia de Buenos Aires. Si bien destacaron el crecimiento económico del país, apuntaron que hace falta recuperar el salario real de los argentinos.
El informe de coyuntura del Instituto para el Desarrollo Económico y Social de Buenos Aires – Stella Maldonado (IDESBA), dependiente de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), corresponde al presente mes y en primer lugar analizaron el crecimiento económico y la restricción externa del país. De este modo, destacaron la recuperación tras la fuerte caída que registró la actividad económica con la irrupción de la pandemia del COVID-19: “En 2021, el PIB registró un crecimiento de 10,4 por ciento, recuperando así lo perdido el año anterior. Y en la primera mitad del año la economía argentina siguió su sendero de crecimiento, registrando una expansión acumulada de 6,3 por ciento en el semestre”.
En torno a la actual segunda parte del año, evaluaron: “En julio no solo se observa un crecimiento interanual menor, sino que la economía no creció en relación a junio”. Y continuaron: “Al respecto, las dificultades en el sector externo generaron trabas para importar insumos para la producción, lo cual generó mayores expectativas de devaluación e incrementó la utilización de los dólares paralelos (aumentando así los costos). Ello empujó los niveles de inflación, con un impacto negativo en los niveles de consumo”.
EL DETERIORO DE LA BALANZA COMERCIAL
“Desde fines del año pasado el superávit ha mostrado una reducción significativa y entre junio y agosto de este año el país volvió a registrar déficit comercial. Ello se debió a un mayor nivel de importaciones a raíz de la reactivación económica y al aumento de los precios de la energía, y a que las exportaciones se vieron afectadas por la retención de parte de la cosecha ante las expectativas de devaluación”, graficaron. No obstante, avizoraron: “En septiembre mejorarán significativamente las exportaciones impulsadas por el ‘dólar soja’ establecido por el ministro Massa. No obstante, las dificultades en el frente externo se mantendrán en los próximos meses dado que finaliza la liquidación de la cosecha gruesa”.
LA RESTRICCIÓN EXTERNA
En cuanto a las causas para que el país no acumule suficientes reservas internacionales, más allá del superávit comercial obtenido hasta el año pasado, aclararon que fueron “un déficit en el resto de las transacciones corrientes y una salida neta de capitales”. “Ambos procesos fueron muy fuertes durante el gobierno de Macri debido al pago de intereses de la deuda externa y la fuga de capitales”, profundizaron. En cambio, con el gobierno del Frente de Todos, indicaron: “Disminuyeron los pagos de intereses y las restricciones por la pandemia redujeron forzosamente la salida de divisas por turismo”.
Sin embargo, sobre la gestión de Alberto Fernández, particularizaron: “Los controles cambiarios restringieron la fuga de capitales, aunque también dificultaron su ingreso, en tanto se produjo una importante cancelación de deudas privadas con el exterior. Y desde fines del año pasado se ha venido deteriorando el saldo de la cuenta corriente debido a la reactivación del turismo al exterior y el deterioro del superávit comercial”.
INFLACIÓN Y SALARIOS
Sobre una de las mayores problemáticas que atraviesan los argentinos, contextualizaron: “La imposibilidad de incrementar las reservas internacionales generó una creciente inestabilidad en el mercado de cambios, que llevó a adoptar nuevas restricciones que implicaron una mayor administración del comercio exterior, un encarecimiento de los gastos en el exterior y una consecuente ampliación de la brecha cambiaria”. Por ende, determinaron que las dificultades para acceder a los dólares oficiales y los sucesivos cambios en el equipo económico que elevaron la cotización de las divisas paralelas, influyeron en “un nuevo salto inflacionario que terminó impactando negativamente en la actividad de distintos sectores económicos”.
En tanto, los salarios reales se deterioraron tras un incremento del poder adquisitivo conseguido a principios de 2020, durante la pandemia. Si bien a partir de 2021 y hasta mayo de 2022 las y los trabajadores del sector privado registrado lograron, en promedio, recuperar un poder adquisitivo similar al de mayo 2019, el poder adquisitivo del salario mínimo “se ha ido deteriorando en los últimos años”. “El mayor deterioro se produjo durante el gobierno de Cambiemos, cuando perdió más de un tercio de poder de compra de las canastas básicas que se utilizan para medir la pobreza e indigencia”, resaltaron; y con respecto a la actual gestión, evaluaron: “Hubo una recuperación parcial del salario mínimo, pero la pandemia retrotrajo la situación y las recuperaciones posteriores terminaron siendo neutralizadas por la inflación”.
LA SITUACIÓN DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Luego del impacto económico de la pandemia, el territorio gobernado por Axel Kicillof “ha venido registrando quince meses de crecimiento ininterrumpido; ello permitió que desde el último trimestre del año pasado se registren niveles de producción superiores a los de 2019”. Entre los sectores que encabezaron la recuperación, destacaron: “Además de la construcción, la industria manufacturera viene mostrando desde mediados del año pasado niveles de producción superiores a los de los mismos meses de 2018”.
En esta línea, agregaron: “La reactivación económica ha tenido un impacto positivo en la recaudación tributaria de la PBA, la cual ha registrado incrementos interanuales reales –descontada la inflación- todos los meses salvo enero. En julio la misma registró un nivel un 11,1 por ciento superior al año anterior; no obstante, excepto en marzo, los recursos tributarios que más han crecido fueron los de origen nacional, los cuales vienen superando a los de origen provincial”.
En relación al empleo privado registrado bonaerense, afirmaron que “acompañó el crecimiento de la actividad”, lo que permitió “recuperar el nivel de empleo previo a la pandemia y, en mayo 2022, superar los niveles de empleo del último trimestre 2018 y del año 2019”. Por último, concluyeron haciendo mención al gobierno anterior: “Las dos crisis, la macrista y la generada por la pandemia, generaron un fuerte aumento de la tasa de pobreza en el país y en el Gran Buenos Aires. Si bien desde el primer semestre de 2021 se observa una reducción importante de la tasa en el GBA, la misma se mantiene aún en niveles superiores a los que dejó el gobierno de Macri”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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