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El “renunciamiento” de Cristina Fernández de Kirchner hizo saltar por los aires el tablero político. Con el mundial de fútbol como telón de fondo, la política ingresó en una suerte de letargo público, ya que, como lamentaba un alto dirigente de la oposición, “la gente no nos escucha, está en otra cosa”.
Esto no quiere decir que la rosca se haya detenido ni mucho menos. Sólo que prescinde de acciones confrontativas que podrían ser interpretadas por el electorado como tendientes a provocar la unidad de los argentinos, encolumnados detrás de la selección nacional.
En el letargo que provocó la competencia deportiva, todos revisan sus armas, cuentan sus municiones y planifican sus acciones para el día después de la final. Lo único en este país que liquida la grieta es la selección y quien pretenda generar la discordia deberá pagar un alto costo. Nadie quiere hacerlo.
En el entorno de Mauricio Macri se analiza el “renunciamiento” de CFK en relación con las posibilidades electorales del ex presidente. Si bien nadie cree que su automarginamiento sea definitivo, tienen en claro que decididamente, mientras dure, les juega en contra. Mauricio sólo podría aspirar a una candidatura presidencial si la oponente es la vicepresidenta. Mientras su paso al costado se mantenga, le resulta más redituable mantenerse en Qatar, haciendo negocios como presidente de la Fundación FIFA, que intervenir en la política criolla con sus críticas y declaraciones altisonantes.
“Hasta marzo falta una etermindad, y esa es la fecha que Mauricio se fijó para tomar una decisión sobre su candidatura”. Pero el cronograma le es esquivo, ya que aunque tengan razón con el diagnóstico de que Cristina terminará reviendo su decisión y presentando su candidatura, esto sólo sucedería sobre el cierre del período pre PASO. Y allí a Macri no le quedaría tiempo material para competir por el liderazgo en la boleta presidencial de Juntos por el Cambio.
Desde hace mucho tiempo que los destinos de Cristina y Macri están unidos. Sin ella, él se desactiva. Y en su círculo cercando saben que, en caso de decidir presentarse sin la vicepresidenta como antagonista, el fracaso está asegurado.
Por ahora, la mejor opción es Qatar. Pero sólo queda una semana de vigencia de este escenario. Después deberá volver y empezar a jugar sus cartas. Aunque el reparto, al día de hoy, no le resulte favorable. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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