
Provincia
La tensión y las amenazas de ruptura dentro de Juntos por el Cambio obligaron a realizar una reunión entre los presidentes de los partidos que integran la coalición.
El encuentro tuvo lugar en la sede del Pro, ubicada en Balcarce al 400 de la CABA, y allí concurrieron Patricia Bullrich (Pro), Gerardo Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) y Miguel Ángel Pichetto (Encuentro Republicano Federal). En cambio, no fueron convocados algunos de los dirigentes más importantes de cada espacio, como Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Elisa "Lilita" Carrió, Facundo Manes o Martín Lousteau, algunos de los cuales mantienen conflictos con los participantes o bien en sus respectivos territorios.
El punto determinante de la agenda fue la crisis interna que atraviesa la coalición en varios distritos clave, entre los que se destacan Córdoba, Mendoza, Neuquén, Tucumán, Río Negro y Chubut.
El clima de la reunión fue tenso y, aunque coincidieron en la necesidad de garantizar la unidad y hasta se terminó decidiendo expulsar a quienes "incumplan" las reglas internas, no se tomó ninguna decisión concreta. Pero la preocupación porque el altísimo voltaje que la competencia interna viene teniendo desde hace meses termine por hacer estallar la coalición estuvo presente en todas las intervenciones.
El comunicado difundido a la salida del encuentro informa que los titulares partidarios de JXC “ratificaron la vigencia de las reglas para las elecciones anticipadas” y adjudicaron el malestar interno a los gobernadores del Frente de Todos. “Es el resultado derivado de un oficialismo que cambió las reglas en muchas de las provincias”, enfatiza.
El texto de la declaración es hueco, sin definiciones concretas, y se limita a realizar definiciones ambiguas y programáticas. Por ejemplo, cuando informa que los participantes “ratificaron que la dirigencia de todos los partidos debe buscar la unidad y las mejores propuestas para la ciudadanía, teniendo en cuenta los problemas que cada una de las provincias debe resolver en sus economías, en los problemas sociales y laborales”.
Y amenaza: “En caso de incumplimiento de la resolución que establece el reglamento interno de la mesa nacional y a las estrategias nacionales y provinciales de Juntos por el Cambio, los dirigentes que no cumplieren con la estrategia serán sancionados y no podrán utilizar las siglas de Juntos por el Cambio en alianzas, colectoras o lemas”.
Asimismo se estableció el compromiso de que “en aquellas provincias en las que la ley establezca como mecanismo ordenador de competencia las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), todos los partidos se comprometen a utilizarlas como método de selección de candidatos”.
En lo referido a decisiones concretas, se avanzó en un acuerdo para la provincia de Chubut, donde se suspendieron las PASO, y el estallido interno de JXC es indisimulable. Para tratar de contrarrestarlo se aprobó la realización de internas abiertas en la ciudad de Trelew, en donde tendrá inicio el calendario electoral local el 16 de abril con la elección de intendente y diez concejales. Se dispuso, además, que el mismo mecanismo se utilizará en las elecciones generales provinciales.
Para las provincias en las que no se realicen las PASO, se estableció que “los referentes provinciales decidirán -con intervención de los referentes de los partidos nacionales- el mecanismo más idóneo para definir las listas de candidatos a cargos provinciales. Para ello se podrán utilizar las encuestas electorales como instrumento indicativo de las preferencias de los electores, las cuales deberán garantizar imparcialidad y confianza”.
En el caso de que en "una provincia no se consiga un acuerdo para establecer el método más idóneo por consenso, el mecanismo para ordenar las listas de candidatos a cargos electivos será la interna abierta", en la que “se considerarán como electores sólo a los afiliados de los partidos que integren la alianza de Juntos por el Cambio (o la denominación equivalente que tenga en cada provincia) y los ciudadanos no afiliados a ningún partido político”.
Sin embargo, en la reunión de los presidentes partidarios no se trató el conflicto que tiene lugar en Mendoza, donde el dirigente del Pro Omar De Marchi –armador de Larreta- no descarta presentarse por afuera de JxC para competir con el radical Alfredo Cornejo, quien sería el aspirante de "consenso" entre los titulares partidarios para disputar la gobernación.
Tampoco se avanzó en la resolución de las situaciones de otros distritos con problemas internos –como Neuquén y Río Negro-; ni, mucho menos, con el de Córdoba, donde no habrán PASO, y Luis Juez, del Frente Cívico, se niega a competir en internas abiertas por la candidatura a la gobernación con el radical Rodrigo De Loredo. De hecho, el día previo a la reunión de los presidentes partidarios de JxC, Juez hizo declaraciones agresivas contra toda la dirigencia nacional de la coalición, acusándoles de jugar en favor del gobernador Juan Schiaretti.
En la práctica, la reunión no sirvió más que para blanquear la gravísima preocupación existente ante la posibilidad cierta de rupturas a lo largo de casi todo el territorio nacional, sin conseguirse avanzar mucho más de la confirmación de las reglas de juego y de aprobar las internas en un municipio escasamente representativo.
Si bien la reunión no fue más allá de las coincidencias sobre las sanciones que podrían sufrir los desobedientes, los coletazos que provocó no pueden pasarse por alto. Tanto desde el macrismo como desde el larretismo se avaluó que se trató de un acuerdo “a la medida de Patricia Bullrich”, y sectores que confrontan con Gerardo Morales dentro de la UCR opinaron lo mismo, pero en este caso en referencia al presidente del partido.
Si bien desde el larretismo no hubo declaraciones terminantes, tratando de bajarle la intensidad a un debate que nada le suma, llamativamente desde el macrismo surgió el rumor de que podría llegar a desplazarse a Bullrich de la presidencia partidaria, ya que la estaría ejerciendo para favorecer sus chances como candidata. Y fueron aún más allá, sugiriendo que el alcalde porteño podría tener la foto con Mauricio, tal como sucedió con Patricia.
La objeción contra Bullrich, concretamente, apunta a que ejerce la presidencia del Pro en su propio beneficio, pero afecta los intereses partidarios, ya que en varios distritos la agrupación -o algunos de sus candidatos- prefieren ir por afuera de la coalición y ella termina cerrando acuerdos que benefician al radicalismo, que tiene una estructura consolidada a nivel nacional, por lo que, en las provincias donde no hay chances de acuerdo, los referentes del Pro preferirían saltar las PASO y encabezar listas propias.
¿Será la punta del iceberg del cuestionamiento de Bullrich o quedará en la nada? Es pronto para emitir un juicio al respecto. Pero todas las señales demuestran que, lejos de encontrarse encaminada una solución para los cortocircuitos internos de la coalición, la desesperación es la que hasta hoy ha conseguido imponerse. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
¿Qué te parece esta nota?
MÁS NOTICIAS