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19 de diciembre de 2023 | Nacionales

UCR

El desafío de mostrar a Martín Lousteau despojado de secuelas kirchneristas

En una UCR que quiere crecer como opción opositora, triunfó finalmente la candidatura del senador nacional por Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Martín Lousteau, quien presidirá los destinos del comité nacional partidario, máximo órgano ejecutivo.

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La primera sensación que asomó fue la de un viraje que aleje al centenario movimiento de Alem de los placeres del Malbec, aunque no por el famoso varietal francés, sino porque así se llamó al grupo de dirigentes radicales muy cercanos al Pro y, específicamente, a la actual ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich

En ese grupo aparecían por entonces Alfredo Cornejo, actual gobernador de Mendoza; Rodolfo Suárez, su antecesor; la senadora nacional por Santa Fe, Carolina Losada; el entonces senador formoseño, Luis Naidenoff; el mandatario de Corrientes y rival de Lousteau, Gustavo Valdés; y el diputado nacional, Facundo Manes. Salvo Manes, los demás estaban fuertemente jugados con el vínculo incondicional hacia el partido amarillo.

En ese armado también hay que contemplar al gran estratega Ernesto Sanz y una ramificación bonaerense que encarna el electo senador nacional, Maximiliano Abad, quien hizo del seguimiento incondicional a los “amarillos” una verdadera forma de militancia personal.

De ese grupo, quien quedó con claro espíritu competidor y con intenciones de encolumnar al radicalismo en una alianza firme con el actual gobierno libertario fue Gustavo Valdés, quien no sólo dijo que votaría por el actual presidente Javier Milei, sino que acompañó en los trabajos de fiscalización para la definitoria segunda vuelta presidencial.

Lo cierto es que la sangre no llegó al río y finalmente hubo acuerdo de unidad para una mesa directiva en la cual convivan el oficialista grupo “progresista” de Lousteau y el Malbec que tiene como exponente al propio Valdés y a Naidenoff, entre otros.

No obstante, la cara visible será la de Martín Lousteau a la hora de sellar alianzas y acuerdos, marcar rumbos y, sobre todo, marcar definiciones coyunturales y doctrinarias con toda la intención de ubicarse lejos del Pro.

Lousteau tiene respaldo importante y no menor en su corriente “Evolución” que ahora domina el bloque de diputados nacionales, con otro referente como Rodrigo De Loredo. Y tiene, al menos, seguidores de importancia como es el caso del mandatario de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, como así también cuenta con el acompañamiento del vicerrector de la UBA, Emiliano Yacobitti, y de diputados nacionales muy instalados como Danya Tavela y Martín Tetaz.

Asimismo, se identifican con Lousteau y con su mirada política dirigentes tales como el ex gobernador de Jujuy, Gerardo Morales (aquel con quien protagonizó alguna discusión muy subida de tono, con vaso roto incluido), el ex diputado nacional, Federico Storani, el ex ministro de Trabajo, Juan Manuel Casella; el ex intendente de San Isidro, Gustavo Posse; el mencionado Facundo Manes, y las firmas siguen.

Si bien los nombres son importantes, también lo son las definiciones económicas, sociales y políticas que, hoy por hoy, parecen constituir la génesis de una renovación que busca incrementar identidad opositora que no se confunda con el estilo kirchnerista.

En ese sentido, Lousteau tendrá la difícil tarea de extirpar una imagen de poskirchnerista que lo condena, aunque fue hace menos de 17 años cuando fue el ministro de Economía que dispuso el brutal aumento de las retenciones para el campo a través de la resolución 125 que desató una grieta que hoy persiste.

Si bien el economista dio sobradas pruebas de alejamiento del pensamiento hegemónico cristinista, atacando fuertemente a su populismo y a distintos episodios de corrupción, las sospechas se mantienen a la orden del día y sus más claros mensajeros son, justamente, los integrantes del grupo Malbec.

Consiente de esto, Lousteau recoge el guante, aunque no sólo para amortiguar los efectos de sus rivales internos, sino con una visión superadora que vaya más allá de despejar una imagen de neokircherista.

Al decir de sus primeros pasos como jefe partidario, el senador porteño tratará de instalar la marca UCR como partido que quiere adaptarse a los tiempos que corren, en los cuales las tradiciones políticas parecen esmerilarse en forma proporcional al crecimiento de una preocupante despolitización y alejamiento de los movimientos tradicionales.

Para gusto de muchos dirigentes de la década del 80, Lousteau imprimirá un sello socialdemócrata que tiene en la economía mixta un modelo a lograr y tan configurado por aquella frase que declama la existencia de “tanto estado como sea necesario y tanto mercado como sea posible”.

Pero Lousteau va más allá y quiere un salto de calidad, con un estado en el cual su gasto sea realmente eficaz y que, según su visión, no tendría que requerir más recursos.

Su conclusión es que hay un gasto o una inversión que no está mejorando la salud, la educación y la justicia. En varios de sus libros ha criticado fuertemente al kirchnerismo por una política que infló pero no hizo crecer y desarrollar al estado, y que no le permite brindar servicios de calidad.

El legislador y economista siempre da el ejemplo de que el tren que viaja desde Capital a Mar del Plata demora cerca de seis horas, mucho más que las “cuatro horas y un ratito” del famoso spot publicitario de la década del 70 y de aquel tren que en 1959 demoraba este lapso y que, además, contaba con aire acondicionado.

Es para resaltar que Lousteau tuvo la libertad que todo flamante presidente del comité nacional dispone en su discurso inicial. No obstante, no siempre habrá color y aroma a rosas en el devenir cotidiano, plagado de disputas intestinas partidarias y peleas parlamentarias, donde habrá que discutir muchas propuestas en las cuales el economista deberá hacer fuerte equilibrio para obtener definiciones consensuadas desde el ámbito partidario.

Tal vez, la posible ley Omnibus o su alternativa de mega paquete de leyes económicas, se constituya en una verdadera prueba de fuego para advertir las calidades y habilidades de conducción del flamante conductor partidario. (www.REALPOLITIK.com.ar)


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