
Opinión
Las imágenes que circularon ayer, a la par de la marcha de la izquierda en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mostraron a un Javier Milei concentrado ante las pantallas que mostraban el devenir de los hechos. En ese marco, llamó poderosamente su gestualidad.
El presidente Javier Milei acompañó, junto a Patricia Bullrich, el minuto a minuto de la manifestación que tuvo lugar el día de ayer. Los gestos de preocupación en su cara no pasaron desapercibidos como tampoco su recurrente necesidad de llevarse la mano a la boca.
En ese marco, el director del Laboratorio de Investigación en Comunicación No Verbal, Hugo Lescano, analizó la gestualidad de Milei adelantando que “la mano tapando su propia boca al observar las imágenes de la multitud expresándose en las calles, configura un claro mensaje de autocensura”.
Y agregó: “Esta configuración manual denota la renuncia a la libertad personal de expresar nuestra opinión sobre lo que vemos. Asimismo, el ocultamiento del dedo pulgar, refleja una emoción de preocupación y valoración negativa ya que, como contrapartida, el dedo pulgar expuesto es el emblema de que ‘todo está Ok’.
Para Lescano, esta gestualidad indica que “el presidente prefiere callar”, aunque aclara que “no sabemos el contenido del mensaje que quedó en el silencio”. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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